Un amor de leyenda, bajo la sombra de la imperial

I.P.Nova / Toledo
-

La conferenciante Pilar Gordillo impartió una charla sobre el amor y su presencia dentro de las leyendas toledanas así como las historias románticas reales que, a veces, superaban lo imaginado en la ficción

No hay mujer toledana que se resista a poner un alfiler a la Virgen de los Alfileritos. Y es que, si algo tiene las leyendas es ese aspecto fantasioso que, por contradictorio que parezca, hace de ancla con la aspiración real. Fue durante la charla de Pilar Gordillo, dentro del ‘Ciclo Toledo y sus Leyendas’ donde la integrante de la empresa Evocarte descubrió el amor que se esconde en los relatos «más o menos ficticios» de la tradición capitalina. Y es que ella ya lo dice, no sólo de cuentos inventados vive la capital pues «las historias de amor verdadero que han existido en esta ciudad superan, con mucho, la leyenda». «Un ejemplo es el caso de la honra y de los duelos de espadas donde caballeros de sus majestades los Reyes Católicos salvaron la honra de futuros príncipes», ejemplificaba la conferenciante en una referencia a Francisco de Rojas, encomendado en su tiempo a salvar la honra de Margarita de Austria. 
La experta, bajo la pasión de Cupido, encomendó su relato de leyendas, dentro de un ciclo que continuará el próximo martes con la conferencia de Manuel Palencia. Directora gerente de Evocarte, Gordillo tomo como base grandes leyendas toledanas como la del Cristo de la Calavera de Gustavo Adolfo Bequer. En ella, recordaba la conferenciante, dos jóvenes amigos se baten en duelo por el amor de una dama y siempre que se cruzan los aceros y está apunto de sentenciarse la muerte de uno de los dos, se apaga el candil que les alumbra en la lucha. «Descubren que es el Cristo quién impide que se maten entre ellos y toman la idea de pregunta a Doña Inés a quién pillan  con otro en su casa y se ríen de la situación dando gracias al Cristo», argumenta. 
Pero no todas las leyendas tenían un final así. Es tal vez una de las más populares, la de la Virgen de los Alfileritos, el ejemplo del triunfo del amor. «La joven rezaba durante toda la noche por un caballero al que no podía llegar por una cuestión de clases. Ella rezaba por su amor y, a su vez, su doncella le pinchaba mientras dormitaba para ofrecer a la virgen el alfiler ensangrentado en forma de voto. Cuando se enteró el hidalgo se cautivó de la historia de la joven y consiguió casarse con esta modista a la, que sino, en otras condiciones no podrían aspirar», concluía la conferenciante.