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La nueva contrata de seguridad del Museo del Ejército, Proman Servicios Generales SL, ha despedido ya a 28 de los treinta trabajadores que se encontró cuando accedió al servicio. Lo ha hecho, explicaron ayer los perjudicados, con la escusa del «bajo rendimiento», según consta en la carta de despido. «Cuando llevamos muchísimos años trabajando y el expediente que tenemos todos es ejemplar desde el primer día», argumentaban ayer tras una pancarta. Anuncian que van a moverse «hasta donde haga falta» por sus derechos y por su puesto de trabajo. «Porque sólo queremos trabajar dignamente, tenemos familias e hipotecas, y con el paro de seiscientos euros es imposible».
Aprovechando la presencia del ministro de Defensa, Pedro Morenés, con motivo de la reunión del Real Patronato del Museo del Ejército, los trabajadores despedidos y CCOO quisieron llamar la atención «sobre un caso sangrante». El secretario provincial del sindicato, Jesús García Villaraco, explicó que cada vez se produce más situaciones como esta, en la que al entrar una nueva empresa a la contrata ha despedido a los trabajadores para coger a otros a los que paga menos. «Se produce cada vez con más asiduidad y nosotros estamos tratando de evitar», afirmó el líder sindical, que pidió ayer al Ministerio de Defensa que se ponga a favor de los trabajadores despedidos. A su juicio, «no es de recibo que las contratas aprieten tanto en los concursos y en las licitaciones, que luego no puedan siquiera pagar a los trabajadores».
Cuestión económica. Detrás de los despidos, explicó García Villaraco, no hay otra cosa que una cuestión económica. La antigua empresa concesionaria, Ombuds Servicios SL, aplicaba a los treinta conserjes del Museo su propio convenio, con salarios mensuales de poco más de 750 euros incluyendo pagas extras, horas extras y trabajo en festivos. Proman les quiere rebajar este sueldo en doscientos euros, «y como los trabajadores se negaron, han recurrido a los despidos», que para CCOO pueden ser nulos, por vulneración de derechos sindicales. Además de este recorte de sueldo, denuncian los trabajadores, la nueva empresa no les paga las horas extras (a 1,6 euros) si no sobrepasan las 180 horas mensuales, cuando su jornada habitual es 162.
García Villaraco recuerda que el convenio de Limpieza de Edificios y Locales, que integra también la seguridad, obliga expresamente a subrogar a los trabajadores. «Porque son contratas que van cambiando de nombre, pero lo que queremos es que a un empleo fijo le corresponda un trabajador fijo, de forma que las nuevas empresas que se vayan incorporando en las contratas se subroguen en los empleos, derechos y en las obligaciones», explica.
Mientras tanto los trabajadores despedidos (están convencidos de que los dos compañeros que restan aguantarán poco) han denunciado tanto a Ombuds, como a Proman. Tras años de trabajo, se han quedado sin indemnización por el despido. Según explican, la primera no se ha hecho cargo del finiquito, después de que Proman se quedara con el 73 por ciento de su plantilla para el Ministerio de Defensa. Entiende por lo tanto que se trata de una subrogación encubierta. Pero Proman «no reconoce esta subrogación y nos ha despedido a todos».