El Ateneo Literario y Científico de Toledo y la Universidad de Castilla-La Mancha clausuraban ayer las jornadas que han celebrado a modo de homenaje a Manuel Bartolomé Cossío. El paraninfo de la UCLM en el palacio de Lorenzana fue el escenario de las ponencias en las que ayer participó uno de sus alumnos en la Institución Libre de Enseñanza, Luis de Azcárate Diz, ingeniero  industrial.

El testimonio de este ex alumno puso de manifiesto la importancia de la institución educativa y la figura didáctica y metodológica de Cossío. Dentro de lo entrañable de la ponencia, Luis destacó un regalo que aún conserva del que fue su maestro, un libro, pequeño, dijo, con la historia artística de los edificios de la ciudad, entre los que se incluía la desaparecida Posada de la Sangre y una descripción del Apostolado del Greco que entonces se mostraba en el Hospital de Santa Cruz.

La jornada de clausura continuó con la presentación del trabajo que María Teresa Bejarano y Javier Rodríguez Torres están realizando sobre Lorenzo Luzuriaga, discípulo de Cossío del que han tenido constancia a través de investigadores argentinos. Los ponentes pertenecen al departamento de Pedagogía de la Universidad regional.

Asimismo, Antonio Sama García, doctor en Historia del Arte de la Universidad Complutense, abordó la Institución Libre de Enseñanza y la recuperación crítica del Greco como contribución al desarrollo del concepto de patrimonio cultural, mientras que Pilar Altamira García-Tapia, bióloga de la Universidad Complutense, disertó sobre el Museo Nacional de Pedagogía. El Ayuntamiento ha colaborado con estas jornadas-homenaje.