Recogen firmas contra un vecino que mató a otro atizándole con una silla

J.A.J./Toledo
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La víctima celebraba la despedida de un amigo en un pub cuando fue golpeado con un taburete de hierro en la cabeza. Falleció tras más de un mes de agonía en un hospital

La víctima, Juan Carlos Leo, era ingeniero y residía en Alcázar con su pareja.

La familia de Juan Carlos  Leo Arellano, un joven oriundo  de La Puebla de Almoradiel fallecido tras sufrir una brutal agresión en un bar de la localidad manchega, ha emprendido una campaña de recogida de firmas para denunciar entre otras cosas el hecho de que el presunto autor del crimen es un reincidente por delitos similares. El agresor, Jorge N.D., se hallaba en libertad condicional tras haber sido condenado por causar lesiones a otra persona durante una reyerta multitudinaria sucedida en ese mismo pueblo. Ahora está en prisión a la espera de juicio en las cárceles de Ocaña.

El terrible suceso, según cuenta la abogada de la familia de la víctima Celia Villanueva, se produjo en la noche del sábado 26 al domingo 27 de octubre en el pub ‘El Cristo’. Leo Arellano, ingeniero de telecomunicaciones de 34 años  que residía en la cercana poblaciónciudadrealeña de Alcázar de San Juan, había retornado a su municipio de origen para participar  junto a su mujer en una despedida de un conocido que se marchaba al extranjero con parejas amigas. Villanueva explica como, cuando hacía fotos con un móvil a su grupo, tuvo un pequeño incidente con otro conjunto de jovenes veinteañeros que estaban en el local. «Al parecer, se le cayó el móvil, y un grupo de chavales que estaban al lado empezaron a reírse de él . Se acercó  y les dijo ‘¿de qué os reis?’ Pero luego no hubo ningún encontronazo y cada uno se quedó con su grupo», narra.

Sin embargo, al poco rato y de manera sorpresiva, la letrada relata que  «sin mediar ninguna conversación o insulto, un joven agarró un taburete de hierro macizo, de cuatro kilos de peso y, por detrás, le dio a Juan Carlos en la cabeza».  Tras el ataque, el agresor huía del local para esconderse en casa de unos conocidos en la vecina La Villa de Don Fadrique. Pero era localizado y detenido por la Guardia Civil ya en la tarde del domingo 27 de octubre. Se trata de Jorge N.D., un joven de 25 años conocido por el alias de ‘Galindo’.

Mientras, Juan Carlos Leo era trasladado con urgencia al Hospital Mancha Centro de Alcázar y, de allí, al Hospital de Ciudad Real capital, con graves lesiones cerebrales. Este fue el inicio de una larga agonía que, pese al espejismo de una leve mejora en que llegó a despertar del coma y reconocer a su esposa, terminaba el pasado sábado siete de diciembre por una hemorragia cerebral. Ese mismo día, se oficiaba su funeral. El Ayuntamiento de La Puebla de Almoradiel declaró dos días de luto oficial el lunes 8 y el martes 9.

El Juzgado de Instrucción Número 2 de Quintanar de la Orden ha abierto las correspondientes diligencias por la muerte, en la que familia del difunto se ha personado como acusación particular con el fin de tripificar lo ocurrido de asesinato. Aún así, Villanueva comenta que se ha emprendido la campaña de firmas para recabar la solidaridad de los vecinos de La Puebla y testimoniar la «alarma» generada en la localidad por estos hechos, que obligaría a mantener a N.S. en prisión al menos hasta que sea juzgado.

La de ahora no es la primera estancia de Jorge N.S. en la cárcel, rememora la abogada. Ya estuvo  11 meses en prisión provisional tras participar en un grave altercado el ocho de agosto de 2009. Aquellos hechos se produjeron en la ‘fiesta de las calderetas’, cuando Jorge N.S., junto a otras dos personas, atacó a un matrimonio en el contexto de una riña multitudinaria.  Durante el juicio por este asunto efectuado hace un año, el sujeto reconoció ser culpable de un delito de lesiones. Esto le sirvió para que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial le reconociera el atenuante de arrepentimiento, por lo que su condena quedó en dos años de cárcel. Con esta pena, al carecer de antecedentes, pudo acogerse a la suspensión de su ingreso en prisión.

Ahora, afronta una acusación por cometer una muerte que puede quedar en un mínimo de 10 años, si se considera homicidio, o de 15, si se tipifica como asesinato.