Instituto de estudios toledanos: medio siglo divulgando la provincia

Jorge Fraguas / Toledo
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Surgió en 1963 y durante décadas ha sido el principal exponente en cuanto a divulgación de estudios y volúmenes relacionados con la historia y la cultura en Toledo y su provincia

Instituto de estudios toledanos: medio siglo divulgando la provincia - Foto: David Pérez

El Instituto Provincial de Estudios e Investigaciones Toledanas (IPIET) surge en 1963, al amparo de una serie de reuniones que celebraban las diputaciones provinciales para intentar coordinar su labor cultural, conociendo la de Toledo la existencia de otros institutos en varias provincias y que trabajaban en común mediante una adscripción al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que englobaba a varios organismos locales.

Como explica Julio Porres, responsable del departamento de Publicaciones de la Diputación, a partir de ahí se decide crear el Instituto para recoger las propuestas de trabajo de investigación de investigadores locales y divulgarlo, arrancando como un instrumento con un programa editorial que hasta el momento no existía.

Se formó gracias a un grupo (que llegó a estar formado hasta por 50 asesores) de asesores externos encargados de determinar las líneas de investigación a poner en marcha y aprobar las propuestas de estudios que pudieran resultar de interés.

Fue Julio Porres (padre), entonces diputado de Cultura, el artífice del comienzo, para lo que estuvo acompañado de personas como Juan Francisco Rivera, canónigo archivero de la Catedral de Toledo; Emilio García, archivero de la Diputación; o el catedrático Máximo Martín. De esta forma, Diputación estaba presente ocupando la presidencia y vicepresidencia del organismo y aportando un presupuesto anual, aunque el IPIET funcionaba de forma independiente.

Según explica Porres, tanto el Pleno como el Consejo Permanente del Instituto estaban conformados mayoritariamente por cargos externos a la Diputación, técnicos en diferentes materias para, con su labor, aportar al IPIET los diferentes temas que se podían tratar en materia de investigación.

Fue el comienzo de una entidad que ha venido funcionando durante medio siglo, aunque fue durante los primeros años cuando en mayor medida el Instituto gozó de la fama que ha hecho que hasta hoy siga siendo uno de los referentes en cuando a la divulgación histórica, cultural, artesana... de Toledo y su provincia.

Su funcionamiento. El IPIET comienza a funcionar con una serie de publicaciones de libros que ‘tocaban’ todos los temas, aunque, como no puede ser de otra forma en el caso de una provincia (y una ciudad) como Toledo, primando cuestiones relacionadas con las Humanidades. Unas investigaciones y estudios que contaron, dice Julio Porres, con una buena aceptación porque se exigía un rigor metodológico y científico alto, «y se trabajaba con mucha calidad técnica, y así vino funcionando durante mucho tiempo».

Y es que la independencia con que ha desarrollado su labor ha sido fundamental para garantizar el éxito de este organismo. En este sentido, indica Porres, «la Diputación ha respetado mucho sus decisiones», y si bien se ha trabajado con recursos «no muy abundantes, se han ejecutado con mucho esmero».

El responsable del departamento de Publicaciones de la Diputación recuerda uno de los trabajos que quizás no se conocen mucho del IPIET, como fue su labor de divulgación, con la realización de jornadas, sobre el artilugio de Juanelo Turriano para llevar el agua desde el río Tajo hasta el Alcázar, colaborando con la realización de la maqueta que aún se encuentra en las instalaciones provinciales.

Y es que ha sido esta labor divulgativa una de las señas de identidad del Instituto, aunque lo que queda en mayor medida es la serie de publicaciones que se han venido editando y que supera los 300 títulos entre reportajes de investigación y libros, que se agotaban en tres o cuatro años, «porque a los toledanos les gusta mucho que les cuenten cosas de su ciudad», ejemplares, todos, que se pueden encontrar en la biblioteca del Congreso de los Diputados de Madrid.

Siguiendo con su función divulgativa, uno de los asuntos que centró durante un tiempo el trabajo en el Instituto fue la serie ‘Los temas toledanos’, a través de los cuales se editaron una serie de libros cortos y sencillos (más de 100 títulos monográficos sobre fiestas, artesanía, estudios comarcales...) que también tuvieron muy buena acogida -funcionaban con suscripción- y algunos de los cuales fueron reeditados ante la demanda existente.

«Ninguna corporación ha tenido nunca nada que objetar a la labor del IPIET y por eso ha podido trabajar durante tantos años con comodidad», reconoce Porres.

Camino de la extinción. La legislación sobre la Administración local y sus organismos dependientes ha ido variando con el paso de los años y ha influido en que finalmente el Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos haya quedado en lo que es a día de hoy, esto es, un área adscrito al servicio de Publicaciones -se aprobó su extinción en un Pleno celebrado recientemente- con un valor más testimonial que operativo.

Así, ya comenzó a ‘resentirse’ a comienzo de los años 80, al quedar su estructura administrativa «desfasada» y difícil de encajar en el sistema de entonces, entre otros motivos porque la Diputación tenía que tener mayor presencia, no sólo aportando los recursos «a un grupo de consejeros muy generosos y laboriosos -trabajaron gratis y llegó a haber hasta medio centenar-» sino también los principales cargos del Instituto.

Por todo ello, explica Julio Porres, se procedió a una modificación de los estatutos y se decidió suspender la actividad programática, aunque siguió funcionando como un instrumento para la divulgación.

Con el inicio de la década de los 90 es el servicio de Publicaciones de la Diputación provincial quien se encarga en mayor medida del trabajo que se había venido realizando, quedando el IPIETcomo un instrumento al que se donaba el material editado para su posterior divulgación. «Su función seguía siendo útil, pero no era más que un instrumento de distribución», recuerda Porres, que destaca su vinculación personal con el organismo en tanto que fue cuando su padre era diputado de Cultura cuando éste dio sus primeros pasos.

Ya en la actualidad, con las políticas de ahorro promovidas por el Gobierno central, que profundizan en eliminar duplicidades en el sistema público, el futuro del IPIET estaba abocado a su fin en cuanto a lo que ha sido, aunque sus funciones sean asumidas por el servicio de Publicaciones.

«Nominalmente desaparece, porque la Diputación tiene su propia estructura que puede suplir el servicio del Instituto», lo cual no quiere decir, puntualiza Porres, que la Institución liderada por Arturo García-Tizón seguirá trabajando en materia de edición y, como hasta ahora, seguirá realizando publicaciones. Y, en este sentido, «lo importante es seguir cumpliendo con la actividad», venga de donde venga, sin olvidar que «el Instituto ha marcado una línea valiosa de promoción cultural en la provincia y las publicaciones que se han hecho son clásicos imprescindibles para conocer Toledo y su provincia».