La llegada de las primeras nieves marca el inicio de la temporada de Elisa Hernández. La esquiadora afronta una campaña con más dificultades de las habituales, puesto que los Juegos Olímpicos de invierno que se atisban en el horizonte han provocado que la Federación Nacional se vaya a centrar en un conjunto muy selecto de deportistas, quedando el grupo de entrenamiento en el que participaba la toledana muy debilitado.

De esta forma, le tocará emprender la preparación por su cuenta y con muy pocos apoyos, lo que tampoco le hace que mermen sus ganas de competir. Así las cosas, Elisa Hernández se encuentra a la espera de que «empiece a haber opciones de acudir a las pistas de Madrid para intentar entrenarme sobre nieve, puesto que por el momento me he centrado mucho en el aspecto físico, con trabajo en el gimnasio, con los ‘rollers’ y bicicleta».

Además de la condición física y los patines, la toledana necesita tomar contacto lo antes posible con la nieve, puesto que tiene previsto comenzar la temporada de manera oficial el 15 de diciembre, con la disputa del III Naut Aran Skating Pirineu, una prueba que se celebrará en Baqueira Beret.

Será la primera carrera para Elisa Hernández, quien afirma que «después intentaré participar en más pruebas del calendario español», dado que salir al extranjero se ha complicado sobremanera. No en vano, «al estar fuera del grupo de la Federación, hay menos ayudas y competir en Europa nos resulta muy caro».

No obstante, no descarta tal posibilidad, «siempre que se trate de una prueba cercana y asequible de la Copa de Europa», aunque no es un objetivo prioritario en este momento para ella. A pesar de que los objetivos planteados «son más asequibles que en temporadas anteriores», la toledana se ha guardado algún reto interesante para seguir con ganas de prepararse a un gran nivel.

La Transjurassienne. El gran desafío de Elisa Hernández para el presente ejercicio tiene un nombre algo desconocido para el gran público, pero muy reconocible para los amantes del esquí de fondo. Se trata de La Transjurassienne, una competición de gran fondo a la que «quiero ir este año, con la idea de hacerlo lo mejor posible sin marcarme ningún puesto concreto».

La toledana confiesa que «realizaré la prueba corta, de unos 57 kilómetros», pero no esconde que se trata de todo un reto para ella. No en vano, «nunca me he enfrentado a una distancia tan grande desde que estoy esquiando», por lo que intentará «terminarla sin dejarme nada dentro».

Con este gran objetivo y la intención de realizar una buena participación en la Copa de España encara Elisa Hernández una temporada complicada. Un curso en el que el paraguas de la Federación se ha cerrado un poco más para ella pero en el que las ganas por esquiar se mantienen intactas.