Ayer no fue un día cualquiera para la Familia Real española. La pequeña Leonor sumó una nueva vela a su tarta de cumpleaños. Ya son nueve. Por si esto fuera poco, fue el primer cumpleaños como Princesa de Asturias.

Desde el momento de su nacimiento, la hija de los Reyes ha ocupado la portada de muchas revistas, y ahora, desde la proclamación de su padre como Felipe VI, ha acaparado todas las miradas en los actos oficiales a los que ha acudido.

Atenta y estudiosa, es definida por su entorno como «una niña responsable y educada». Le gusta el cine, el teatro y muestra interés por todo aquello que desconoce como se pudo ver durante el primer desfile del 12 de octubre al que acudió junto a su hermana Sofía.

También aseguran sus allegados que «es muy cariñosa» y que tiene una personalidad muy parecida a la de su progenitor.

Este nuevo año se plantea como uno de los más especiales para ella, ya que estará presente en los próximos premios Princesa de Asturias e irá adquiriendo más importancia en la agenda de la Casa Real. De esta forma, la menor sigue los pasos de su padre, pero cuatro décadas después.

Pero a pesar de nacer en el seno real, Leonor no vive exactamente la misma infancia que el actual Monarca. La sociedad fue testigo de cómo crecía Felipe, porque las cámaras entraban hasta el pupitre de su clase, le grababan en sus cumpleaños, le seguían de cerca. A Leonor solo se le retrata en posados oficiales, como en las vacaciones en Mallorca. Una conducta que podría derivarse de la protección que realiza sobre ella la Reina Letizia, que siempre ha cuidado mucho la privacidad de sus hijas.

Aún así, Leonor está siendo educada con disciplina, como se refleja cuando se expone al público. Cuando le enfocan las cámaras, guarda la compostura; pero cuando los focos se apagan, vuelve a ser niña y a correr junto a su hermana pequeña, ajena a que algún día será Reina.

Ayer la pequeña sopló las velas en familia, y cabe preguntarse si eso sirvió para volver a reunir en torno a ella a los padres del Soberano, Don Juan Carlos y Doña Sofía, que solo coinciden en algún que otro acto puntual. Tal vez lo hagan, de manera oficial, el día que la Princesa acuda al Santuario de Covadonga para recibir la Cruz de la Victoria, siguiendo la tradición de los Herederos de la Corona española desde hace cuatro siglos.