El Ayuntamiento de Toledo sigue empeñado en convencer a la Consejería de Fomento de que lo más adecuado es instalar la prometida planta de Casbega (embotelladora de Coca-Cola en España) sobre el nuevo suelo industrial aprobado dentro del Plan de Ordenación Municipal. Dejando al margen la guerra de declaraciones, el concejal de Urbanismo, Javier Nicolás, ha puesto a  trabajar a su departamento y ha preparado, y enviado ya, un nuevo diseño de la urbanización del terreno más barato y a la medida del proyecto. Ayer no quiso se más explícito sobre el asunto y se limitó a decir que está esperando a que le convoquen a una reunión «en breves fechas».

El concejal niega, no muy tajante, que haya habido reuniones entre responsables de ambas administraciones y señala que el Ayuntamiento ha comunicado que su criterio es que la urbanización se puede hacer por fases y, dentro de estas, en «partes parciales» de manera que se podía «disminuir el coste de urbanización en una cantidad muy importante». Hasta el punto de que prácticamente se pagaría con lo que va a pagar Coca-Cola por el terreno (cerca de 12 millones de euros)

inventos no. Nicolás asegura que los datos ya están en manos de la consejera «para que los estudie» y espera la reunión con impaciencia para anunciar posteriormente «que Coca-Cola se queda en el Polígono Industrial, que es donde tiene que estar y para eso se hizo, y que se puedan empezar las obras lo antes posible».

 El concejal afirma que la instalación de la empresa en Toledo es importantísima y que su lugar es la zona industrial, «lo demás inventos y costes añadidos», dice.

Lo cierto es que los contactos existen ya que el propio Nicolás se reunió hace un mes con el viceconsejero de Fomento y fue allí donde quedaron en que el Ayuntamiento trasladaría a la Junta un proyecto de urbanización reformado a partir del cual se pueda abrir un nuevo concurso con precios ajustados a los ingresos que vaya generando la venta del suelo.