Más allá del suministro de internet de alta velocidad a todo el Casco, algo para lo que quizás la fibra se quede obsoleta cuando finalice la instalación en 2020, el convenio firmado entre el Ayuntamiento y Telefónica el pasado lunes va a tener un segundo efecto positivo sobre el Casco: la eliminación del cableado aéreo de cobre para las comunicaciones. No es la primera vez que en Toledo se habla de la supresión del cableado. Atrás quedan proyectos inconclusos como la zanja única que propuso José Manuel Molina. Pero ahora existe un convenio firmado, financiación europea y una fecha. Porque todo el cableado aéreo de cobre del Casco tiene que estar fuera en 2026, seis años después de que culmine el despliegue de la nueva red de fibra.
Este es uno de los datos que recoge el Convenio entre el Ayuntamiento de Toledo y Telefónica de España para el Despliegue de una Red de Fibra Óptica en el Casco histórico y determinadas zonas de la ciudad de Toledo, que ya adelantó Javier Mateo en el Consejo de Participación del Casco y Azucaica del lunes, donde dio más detalles del mencionado acuerdo firmado por la mañana entre Milagros Tolón y Beatriz Herranz.
El objetivo es la retirada del cable aéreo, algo que se irá haciendo poco a poco, una vez esté lista la nueva instalación y la antigua se quede inservible. El horizonte final es que en seis años, una vez después de la implantación completa de la fibra, el Casco pierda esos cables que tanto lo afean.
A Telefónica le hubiera gustado eliminar estos cables en el menor tiempo posible. Pero la normativa actual vigente indica que es necesario un periodo de seis años para que el resto de teleoperadores adapten sus servicios al portador de la fibra. De hecho, sería posible que se establezca una moratoria de un año más. Sin embargo, Junta y Ayuntamiento van a tratar de mediar con el Gobierno de España para que, dadas las características del Casco, se adelante este plazo. De ser así, Telefónica se compromete a cumplirlo.
Implantación subterránea. La banda ancha estará totalmente integrada en el Casco a finales de 2020. En virtud de la subvención europea, ambas partes se comprometen a que el plan de despliegue comience, como máximo, el próximo junio. Además, el Convenio recoge que la instalación aprovechará, donde sea posible, las infraestructuras subterráneas. Muy excepcionalmente, y sólo cuando no haya otra opción, los nuevos cables estarán en las fachadas; salvo en edificios BIC, donde está totalmente prohibido. Lo hará siguiendo el mismo trazado de la red de comunicaciones electrónicas ya existente, soportada en cables de cobre, y tratando de minimizar el imparto visual. Tampoco podrá haber cable alguno cruzando por encima de las calles del Casco. Entre fachada y fachada las conducciones siempre serán soterradas en este barrio, utilizando las infraestructuras existentes de cualquiera de las partes, siempre que sea técnicamente viable, o en caso contrario, construyendo una nueva canalización.
Los cables de fibra llevarán el mismo trazado los actuales de cobre, a excepción de los cruces, que estarán soterrados. Esto permitirá que los vecinos puedan disponer del nuevo servicio, sin necesidad de hacer obras.
Este despliegue subterráneo se realizará, preferentemente, utilizando las infraestructuras subterráneas de propiedad de Telefónica, así como las infraestructuras interiores de telecomunicaciones de los edificios que cuenten con ellas. En la medida de lo posible, el Ayuntamiento facilitará el acceso a Telefónica, a título gratuito y no exclusivo, a las canalizaciones subterráneas de telecomunicaciones municipales, siempre que no haya infraestructuras propias de la compañía.
Además, cuando el Ayuntamiento lleve a cabo actuaciones de reurbanización o peatonalización de calles en las que haga infraestructuras subterráneas de telecomunicaciones, las podrá a disposición de Telefónica y el resto de operadores.