La declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco se ha convertido en un referente y un atractivo turístico. Son muchos los  turistas que deciden destino a partir de estos mecanismos de protección del patrimonio que en ocasiones se convierten en antagonistas de sí mismos. Un efecto que el profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha Luis Alfonso Escudero Gómez analizó ayer en el Seminario ‘Patrimonio Mundial: conservar, rehabilitar y transmitir’.

Con el título ‘Los sitios Patrimonio de la Humanidad, espacios de referencia para el turismo cultural’ el profesor abordó diferentes cuestiones teóricas y prácticas sobre esta declaración rubricada por la Unesco y gestionada, en el caso de España, por el Gobierno central. De hecho, como explicaba, este país es el tercero en número de ciudades, espacios y monumentos que gozan de la declaración patrimonial.

La relación patrimonio-turismo preocupa a Escudero Gómez. «La atracción turística se convierte en congestión, los visitantes se concentran y ocupan lo que conlleva el deterioro y la degradación del patrimonio», señalaba para explicar que en el caso de Toledo, las instituciones invierten en fórmulas para contrarrestar ese deterioro con proyectos de rehabilitación y conservación que suponen un coste para las arcas públicas.

«Hemos llegado a un punto de banalización del patrimonio toledano, también con la comercialización masiva de productos turísticos», apuntaba el profesor de la Universidad regional experto en geografía, patrimonio y turismo.

En cuanto a las medidas necesarias para que esa concentración turística no quede limitada al circuito tradicional, es decir, a la vía que conecta la plaza de Zocodover con la Catedral y la Judería, Escudero Gómez proponía ayer la apertura de más espacios, como ha sido el caso del Real Colegio de Doncellas Nobles, y la incorporación de nuevos circuitos turísticos por el Casco Histórico.

Seminario Toledo-Cuenca. El seminario se realiza en colaboración con el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha de la Universidad regional, al que está adscrito el proyecto de investigación ‘Protección y restauración del patrimonio monumental durante el franquismo en Castilla-La Mancha’, que ha centrado parte de sus esfuerzos en las dos ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad en la región, Toledo y Cuenca, que celebran este año su 30 y 20 aniversario, respectivamente, como ciudades patrimonio.