La Junta de Gobierno municipal ya ha denegado oficialmente al Consorcio Provincial la licencia para la construcción de un Parque de Bomberos en La Bastida porque el terreno sólo es apto para el dotaciones deportivas (el campo de tiro) o educativas (la escuela taurina). Hasta ahí nada nuevo.

En cuanto al debate sobre la fusión de los parques de bomberos municipal y provincia, el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Toledo se ha instalado en el inmovilismo. Insiste en que el análisis sobre la viabilidad de la idea debe comenzar por una comisión técnica (mixta) formada por agentes de  ambos cuerpos. Y después, a partir de las conclusiones de ese órgano, llegaría la hora de la negociación política. Sin embargo él se salta su propia receta y propone otra alternativa: recuperar un viejo convenio de colaboración por el cual la Diputación pagaba a la ciudad para que atendiera las emergencias de las localidades próximas. Y dice que aceptaría hacerlo por «fases».

El caso es que a Rafael Perezagua no le ha gustado el contenido de la carta que le ha remitido el presidente del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamentos de la Provincia de Toledo (CPEIS). Emilio Bravo le pide datos sobre las plantilla del Parque de Toledo, costes del servicio y garantías de que el Ayuntamiento pagará cada año a la Diputación la parte que le corresponda. Pero el concejal de Seguridad de Toledo interpreta otro trasfondo.

«Estoy pensando responder», dice Perezagua. Pero, según parece, no lo tiene decidido. Porque bajo su punto de vista lo que pide el diputado provincial «no son datos». Si fuera así, asegura que no tendría mayor problema en facilitar cifras que son «públicas».

Para despejar dudas (que por lo visto le han transmitido), Perezagua aclara que el Consorcio no atiende emergencias dentro de Toledo capital porque para eso ya está el Parque municipal. Dicho esto matiza que el proyecto de la Diputación no consiste en construir un nuevo Parque comarcal sino en «trasladar» el que ya existe en la Plaza de los Vecinos.

La razón, y aquí está el meollo de su reflexión, sería estar cerca de las carreteras  que comunican con el sur de la provincia (Ronda Suroeste y Autovía de los Viñedos) para ahorrarse la construcción de dos miniparques en las zonas de Navahermosa y Orgaz/Sonseca.

Y Perezagua no está de acuerdo. Su opinión es dejar el Parque municipal para los alrededores de Toledo capital y que la Diputación se gaste el dinero del proyecto de la Bastida («1,7 millones de euros») en los otros dos miniparques. Y apuntala su argumento con particularidades combustibles: «qué tiene que ver Navahermosa, que es monte, con Sonseca que son industrias». Por lo tanto es partidario de erigir miniparques especializados antes que de contar con una gran instalación todoterreno localizada a las puertas de Toledo capital.