«Se trabaja en una empresa familiar por lealtad»

I.P.Nova/Toledo
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Medalla de Oro al Mérito en Las Bellas Artes, Sara Navarro (Elda, Alicante, 1957) es una de esas luchadoras que saben aprovechar una herencia.

 
Dice un dicho castellano que cuando alguien se viste por los pies significa que lleva las riendas de su propia vida. Es una expresión  ponderativa de la hombría que, de la mano de Sara Navarro, suena más fuerte que nunca. En un mundo de hombres, esta alicantina, tercera generación de una familia de industriales, ha sabido ponerle tacones a la vida y pisar fuerte. Presidenta de la Asociación Madrileña de Mujeres Directivas y Empresarias sabe cómo se triunfa en el mundo, cómo se externacionaliza una marca y, por supuesto, cómo llevar una pamela (unos zapatos o lo que le pongan por delante) con mucho estilo. 
Se acerca hasta Toledo para comparecer en una charla para mujeres emprendedoras y empresarias. ¿Qué consejos puede dar una mujer como usted? ¿Tiene que afrontar el mercado de una forma diferente un hombre a una mujer?
Yo creo que una mujer y un hombre se enfrentan exactamente a lo mismo. La diferencia es cómo se enfrentan a ello. A un hombre, en general, le educan para la supervivencia y es la ley de la selva. Si eres ambicioso sabes que tienes que mantener un hogar, una familia... El peso cae sobre ti. Pero en el caso de la mujer, se la educa para el servicio. Indicaciones para cuidar de ancianos, de niños, de las amigas... Son mensajes subliminales que llegan a las mujeres desde que somos muy pequeñas y es algo que marca una tremenda diferencia. La mujer no está mentalizada para ganar dinero, sí para buscarse una profesión, un medio de vida y para tener una independencia... Pero no para pelear o generar riqueza. 
Su abuelo era un artesano y fue su padre la figura empresarial que relanzó ese trabajo. Ahora llega usted, una tercera generación... ¿Qué le aportaron esas experiencias de sus antepasados?
Han sido cruciales. Si eso no hubiera existido yo tampoco lo haría ni estaría trabajando donde lo hago. Uno en una empresa familiar está por lealtad, por poner el valor lo que han hecho sus antepasados... Ellos se sacrificaron muchísimo para que nosotros tuviéramos más oportunidades de formación. Este es el gran legado que nos han dejado. Cuando, como es mi caso, en una empresa familiar estás en la tercera generación tienes la misión de devolver todo eso que a ti te han dado. Al final, a mí ellos me dieron la posibilidad de la cultura y esa cultura me abrió las puertas al mundo.
¿Cuándo decidió que quería seguir los pasos de su padre y de su abuelo? ¿Cuándo diseñó su primer zapato?
Diseñé mi primer zapato, de charol rojo, cuando tenía 12 años. Pero en general, desde que era muy jovencita, no jugaba nunca. Estaba siempre pintando. Yo creo que mi padre vio en mí la diseñadora. Yo tenía mucha facilidad creativa y para pintar. Por un lado, por mi afición al arte y a la pintura y por la tradición familiar... Parece que si juntas esas dos cosas, no es que fuese inevitable, pero era bastante probable que acabara dedicándome a lo que me dedico. 
Unas obras de arte que, por ejemplo, con la última exposición en la que ha participado, de la película de Cenicienta de Disney se han convertido en verdaderas joyas...
Esos son los zapatos con los que sueña una siempre cuando es niña. Diseñar esos zapatos para la exposición ha sido como volver a esos años. Estos proyectos siempre son muy estimulantes porque te conectan con los iconos de tu infancia. 
Su línea sale de Europa, traspasa todas las fronteras imaginables... ¿Es igual diseñar un zapato para una persona de una nacionalidad que de otra?
Exactamente igual. En cualquier ciudad diseño el mismo estilo. Yo no trabajo para un país sino para un cierto tipo de gente. Llega un nivel en el que no existen fronteras ni diferencias. Es más, el buen diseño debe de poder gustar en cualquier país del mundo. Es decir, yo me dirijo a un sector de público que es consumidor de moda, que entiende,  que tiene un estilo de vida, unas pautas de actuación y comportamientos.... Diseño para gente cosmopolita, para ciudadanos del mundo. El éxito de una marca es internacionalizarla. Pero eso no quiere decir vender fuera sino que se pueda vender en cualquier país. Hay que perseguir que los valores que lleva la marca sean buscados por el público. 
Actualmente, se vive en una sociedad que, intenta, llevar la sostenibilidad por bandera. Usted lo consigue con una de sus dos líneas, Sarah World.
Es importantísimo trabajar con fibras y productos naturales. Además, lo hacemos con una responsabilidad social y de respeto hacia el medio ambiente. Es un homenaje a la industria del calzado en España, esos orígenes tan rudimentales. En mi tierra, Alicante, había grandes espartales y la gente apenas tenía zapatos, estaba en un principio de Guerra Civil. En ese ambiente de ruralidad  la gente caminaba en alpargatas que, con el tiempo, evolucionan en lo que ahora se conoce como la industrial del calzado de la zona.  Se van introduciendo suelas, tacones... Mi abuelo justamente surge ahí. Por tanto, Sarah World pretende rendir un homenaje a ese origen de la cultura del calzado en España. Queremos difundir el Made in Spain en todos los aspectos. Además, podemos presumir que la alpargata es un producto 100% español. 
Esa marca (teniendo en cuenta sus dos líneas Sara Navarro y Sarah World) es cien por cien española. La ha subido a las pasarelas de medio mundo con diseñadores como Galiano o Roberto Verino. ¿Hay alguna aguja española con la que le gustaría trabajar?
Con diseñadores españoles he trabajado prácticamente con casi todos. Por ejemplo, a quién yo he admirado siempre es a Sybilla Sorondo. Me encantaría colaborar con ella porque siempre he valorado su creatividad. España ha tenido genios importantes, como Balenciaga, pero probablemente Sybilla ha sido la diseñadora con más talento y más profesional de este país. 
¿Cómo es el tacón ideal?
El tacón ideal llega hasta cinco centímetros. En España la estatura media suele estar en 1,65 centímetros, con este tacón llegas al 1,70 cm que es una buena altura para una mujer. Además, esta altura no perjudica nada a la columna, en cambio, si subes a seis lo nota mucho la columna vertebral. Lo ideal es llevar para el día una altura de tres centímetros. Por la tarde, y para ir un poco más mona, puedes subir a cinco. Es cierto, que cuando vas a un evento por la noche te puedes subir a siete centímetros o a una plataforma compensada de nueve, pero sólo para ocasiones. 
¿Y las calidades?
Tienen que ser de buena calidad. Es esencial. La planta del piel es muy porosa y muy absorbente. Chupa todos los componentes de la planta del zapato y si hay muchas curticiones químicas llegan directamente al torrente sanguíneo y de ahí va para todos órganos. 
Las deportivas se han convertido en el must de la temporada. ¿Va a lanzarse a ese aspecto del mercado?
No. Voy a seguir en el zapato sofisticado porque creo que no se puede hacer todo de todo. Me quiero mantener fiel a un estilo al que el mercado me asocie. Tenemos dos líneas, Sarah World es una línea diurna, más joven, que en invierno se caracteriza por los botines y en verano por las alpargatas. Además, esta línea tiene mucho zapato plano. 
También está el sector del zapato de novia. Al final, los zapatos son la debilidad femenina por excelencia... ¡y qué hay más especial que diseñarlos para un día tan importante!
Pero eso surge ahora. Hace 20 años nadie daba importancia al zapato de una boda. Yo en eso fui muy pionera porque no entendía que si la gente se preocupaba tanto por el vestido no lo hiciese por los zapatos. En esos momentos, las novias se compraban un zapato malo para forrarlo de la tela del vestido. Con lo cual era un zapato de calidad regular forrado con tela que endurece mucho y claro... ¡unas ampollas en los pies! (Se ríe.) Empecé a hacer zapatos muy modernos para novia y fui muy pionera. Además vengo de una tradición de zapato muy cómodo y todos esos secretos los he llevado a ese diseño y los demás. 
Y ahora Sara Navarro no se conforma con vestir los pies de medio mundo. Joyería, bolsos, gorros...
Muchas son licencias de fabricantes que buscan tu diseño y tu visión. Al yo hacer muchos zapatos joya el diseño de la joyería está muy ligado. En el caso de complementos como bolsos, etc, ha sido algo introducido por la línea Sarah World. 
¡Con lo in que son ahora los sombreros! (Ella lleva una pamela diseñada por su marca.)
Ahora es un gustazo. Haces sombreros la gente se los compra y se los pone... ¡Cosa que antes no pasaba! Yo siempre he llevado sombrero la verdad, desde bien pequeña me lo ponía mi madre, y es todo un gustazo que ahora esté tan de moda.