Blanca y radiante, con un cuarto de hora de retraso, llegaba la novia acompañada de su orgulloso padre. Y es que no todos los días se casa a una hija, por eso el presidente de la Diputación, diputado nacional y concejal de Toledo, Arturo García-Tizón, lucía la mejor de sus sonrisas cuando el coche en el que iba con su hija Paloma llegaba hasta San Juan de los Reyes.
Hasta el lugar acudían como invitados algunos de los rostros más relevantes del PP a nivel regional, como el presidente de las Cortes, Vicente Tirado, o la propia presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, en su estilo, predominando la sobriedad con un vestido negro muy sencillo sobre el que lleva un abrigo de verano blanco.
No obstante, no hubo excesivos invitados conocidos del mundo de la política, más allá de la mayoría de los compañeros de la corporación provincial, como los dos vicepresidentes, Emilio Bravo y Jaime Ramos, o los diputados y alcaldes de Torrijos (Juan José Gómez-Hidalgo), Illescas (Fernando Cabanes), Dosbarrios (Francisco Fernández), Guadamur (Sagrario Gutiérrez)... y algunos de la local, como Claudia Alonso o Valle Arcos. Y también acudió el hasta hace unos días delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha y ahora candidato a la Alcaldía de Toledo, Jesús Labrador.
También hubo invitados como el presidente de Caja Rural Castilla-La Mancha, Andrés Gómez Mora, o el director general de la entidad, Víctor Manuel Martín.
Emilio, el novio, de profesión militar -circunstancia por lo que algunos de los invitados acudieron con el traje de gala- llegó sobre las 18,20 horas, tuviendo que esperar un rato hasta que la novia llegó, con un vestido se cuello redondo y escote en la espalda, muy sencillo, sólo adornado con pedrería en tonos bronce en la manga y la cintura. Por complemento, sólo unos pendientes.