Las obras de la depuradora de Estiviel afrontan su recta final y comienzan a conocerse más detalles de la que será la infraestructura más sofisticada de la ciudad y con mayor perspectiva de futuro. Y es que, si se tiene en cuenta que ha sido diseñada para tratar un caudal medio de 36.000 metros cúbicos al día, lo que se traduce en un posible servicio de abastecimiento a una población de hasta 270.000 habitantes (Toledo cuenta con unos 84.000 censados), se da una idea bastante aproximada del potencial de la instalación.
Con todo, esa no es la única de sus virtudes, puesto que como está sucediendo desde hace varios años a esta parte, la apuesta por hacer sostenibles ecológicamente este tipo de infraestructuras ha llevado a plantear la búsqueda del autoabastecimiento eléctrico.
Así, aunque la depuradora de Estiviel no dejará de depender de la corriente eléctrica -más que nada por cuestiones de seguridad-, está previsto que ella misma sea capaz de sacar una importante cantidad de energía para su funcionamiento. ¿Cómo? Utilizando para ello el gas metano que se puede extraer con el tratamiento de los lodos resultantes en el tratamiento de las aguas.
A grandes rasgos, cuando el colector general lleva a la depuradora las aguas residuales de la ciudad, lo que contiene es una combinación de heces fecales y orina, aguas procedentes del lavado con detergentes del cuerpo humano, de su vestimenta y de la limpieza, de desperdicios de cocina y domésticos, así como residuos generados en las industrias. Un coctel del que, tras un primer cribado, se separan los lodos del el agua, que se puede reutilizar para usos distintos del consumo humano, riego de jardines, por ejemplo.
Los lodos tienen dos posibles tratamientos. El primero de ellos sería quitarles la humedad. Se dejan secar y, posteriormente, son retirados en camiones para su incineración. El otro proceso al que pueden ser sometidos se conoce como ‘procedimiento digestivo’. Consiste, ni más ni menos, en llevar los lodos a unos compartimentos que se denominan digestores -la depuradora de Estiviel cuenta con tres-. Cada digestor tiene un agitador que provoca que, sometidos durante 30 días a una temperatura de 30 grados, los lodos liberen metano.
Una vez se consigue extraer el metano, que pasa a ser almacenado en gasómetros -Estiviel contará con uno de unos dos mil metros cúbicos de capacidad-, ese gas puede emplearse para alimentar las calderas que calientan el lodo, para lo cual se transforma en electricidad en los llamados grupos de congeneración. El otro uso, como sería el caso de Toledo, sería utilizar también esa electricidad para abastecer a la depuradora, haciendo la instalación más sostenible ecológica y económicamente.
El biogás resultante de ese proceso cuenta con un 50% menos de calorías que el gas natural, pero sirve para lograr una fuente estable de energía alternativa. Eso no quita que la instalación cuente con electricidad del sistema general, puesto que la depuradora debe tener varias formas de seguir funcionando en el caso de que se produjera alguna avería. Un sistema de generadores completa el dispositivo para ese tipo de situaciones.
Tratamiento biológico. La depuradora de Estivial está diseñada además con un tratamiento biológico de tecnología avanzada que incluye eliminación de nutrientes, respondiendo de esta forma a los objetivos de calidad del río Tajo en zonas sensibles.
La actuación en Estiviel, cofinanciada con el Fondo FEDER de la Unión Europea, se completa con la construcción de un colector y un estanque de tormentas.
Con una longitud de 5,7 kilómetros y una capacidad de transporte de 4 metros cúbicos por segundo, el colector llevará las aguas residuales de la ciudad hasta la nueva depuradora. En relación a su trazado, destaca la ejecución de un túnel de cerca de 900 metros para salvar, con la mínima afección, una elevación orográfica existente junto al río Tajo.
Una vez que la depuradora entre en servicio, está prevista la construcción de un estanque de tormentas de 18.000 metros cúbicos de capacidad, que permitirá almacenar las aguas más contaminadas procedentes de las primeras lluvias para incorporarlas posteriormente al proceso de depuración.
Este proyecto forma parte del paquete de actuaciones que Acuasur ha ejecutado en Castilla-La Mancha en materia de depuración, que ha supuesto una inversión de aproximadamente 134,9 millones de euros.