Es una decisión «con carácter inmediato» de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Toledo a solicitud de la empresa ‘Tagus’.

El portavoz, José Pablo Sabrido, informa que estaba pendiente actualizar el importe del recibo como consecuencia de un reequilibrio financiero acordado en 2014 (con la anterior Corporación) toda vez que el contrato firmado el año 2006 no se ha cumplido en lo relativo a consumo (porque no se ha crecido en habitantes ni actividad económica lo previsto, «ni de lejos»).

Recuerda que el reequilibrio financiero «ya supuso eliminar dos tercios de las inversiones» (los famosos 70 millones de euros perdonados a Tagus). Además la revisión de los precios del agua debía haberse hecho en 2017 (subir el 1,41% fijo anual más el IPC) pero no se había subido y ahora, teniendo en cuenta que en 2019 había previsto otro reajuste, se da este paso porque la empresa «legalmente nos lo demandaba».

Por lo tanto «se consolida» el reequilibrio de 2014     que «se da por bueno» después que el Tribunal de Cuentas ha archivado los reparos que puso la Intervención. Pero «prudencia», en 2019 habrá otra actualización del reequilibrio y el economista dirá cuales son los costes financieros de la empresa (puede salir «a favor o en contra»).