José Pablo Sabrido, portavoz del PSOE, se presenta «orgulloso» de todo el equipo de Gobierno, incluidos los cuatro concejales de Ganemos pero pasa raudo a hablar de los suyo, los impuestos que, como concejal de Hacienda, le duele mucho que estos días se haya criticado la alta presión fiscal a la que el Ayuntamiento de Toledo somete a sus vecinos. Sabrido lo niega, afirma que en tres años no han subido los impuestos y que las tasas han aumentado por debajo del IPC (excepto el saneamiento en su primer año que creció un 18% pero Sabrido lo que dice es que en realidad se encareció un 20% menos de lo que estaba pactado con la empresa por el anterior Gobierno municipal). El problema, afirma, es que otros no dicen la verdad o directamente manipulan.

Destaca que la buena salud económica del Ayuntamiento, (el superávit) se debe a que se cumplen todos los parámetros que impone el Ministerio de Hacienda, incluida la denostada regla de gasto hasta el punto que no se puede ejecutar toda la partida social porque se rebasaría el límite (extraño razonamiento).

Luego se defiende contra quienes le piden que use el dinero que sobra para retirar el amianto alegando que no es una competencia propia y por tanto no cabe entre las inversiones sostenibles que exige a la ley.

Continúa exaltando el «futuro prometedor» de la ciudad (escuchando su tono de voz monótono y apagado nadie lo creería) como en su opinión demuestra la legada de grandes inversores como Puy du Fou, Montepino o el campus innovador de la Universidad, además de los millones del programa europeo Edusi.