Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo, replicó muy enfadada y muy extensa (se fue al doble de tiempo pactado a tenor del toque de atención que le dio el presidente de la sesión, su concejal Juan José Pérez del Pino) al portavoz del PP empezando por enseñar en el móvil una foto para  demostrar que en el concurso de las escobas de metales preciosos la ciudad puso un stand (y lo pagó). Vista la imagen, acusa a Labrador de manipular, mentir y utilizar «prácticas trapaceras».

Abrió Tolón  un paréntesis para ensalzar las cifras de empleo, empresas o población, la mejores de todos los alrededores, subraya, y para explicar que no se ejecuta todo el gasto social porque se deja una parte para emergencias.

Y dice que Toledo ya es una ciudad modelo (en solidaridad, economía, o igualdad) pero el PP se dedica a «ensuciar» y ha sido quien «más daño» ha causado a la ciudad «en toda la democracia» paralizando la obra del hospital, aprobando trasvases o multando a manifestantes. «Han intentado todo por dinamitar este Gobierno»

Más aún, compone un axioma según el cual el PP es el partido de los recortes, el que aboca al imperio de la sanidad privada, a la educación pública mermada y «de unos servicios solo para la élite, la élite del PP».

Tolón entra entonces en la vida de Labrador (y los suyos, concejales) aconsejándole que viva, tribute y pase el día en Toledo ciudad para sentirse uno más de los ciudadanos en lugar de «engañar durante años a los vecinos diciendo ser lo que no se es, presumiendo de una titulación que no se tiene». Vamos, que para hacer política municipal hay que «arremangarse».

Lo último reseñable es que la alcaldesa vuelve al Pleno con los recibos de su IBI para demostrar que no ha subido durante sus años de mandato, más bien al contrario (un poco por lo menos).