Toros por una buena causa

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La mitad del aforo se llenó para participar de la cuarta edición de este festival que recauda fondos para la Fundación del Hospital 'Niño Jesús' de Madrid. Galán Eugenio de Mora y Pepe Moral cortaron dos orejas

Toros por una buena causa

Da gusto ver cómo Toledo es un filón para los eventos solidarios, y más en concreto el coso de Mendigorría donde cerca de cuatro mil personas acudieron ayer a apoyar la noble causa de ayudar a la Fundación del hospital ‘Niño Jesús’ en el estudio y tratamiento del cáncer infantil.

La tarde estuvo encapotada y amenazó lluvia, hasta que hizo su aparición en el cuarto de la tarde, mientras tanto un festejo animoso y en el que la gente ha acudido a pasar una tarde de agradable temperatura con un cartel de muchos contrastes. Debutaba en la presidencia de la plaza de toros de Toledo una mujer, la inspectora de policía Genoveva Armero Simarro quien se desenvolvió con pericia y criterio.

Hicieron el paseíllo los espadas acompañados de la mano de un grupo de niños vestidos de corto cruzando la extensa plaza hasta las tablas, una vez allí los mismos niños leyeron un comunicado en referencia a la causa del evento. Terminó las intervenciones el doctor Luis Madero, quien trasladó que los cuarenta mil euros de beneficio del festival del año anterior fueron destinados a los pequeños pacientes que se atienden en la fundación y que están en fase delicada de la enfermedad. Detalles para los actuantes y ovación cerrada de todos los allí presentes.

En lo taurino, el festejo fue variado, abrió cartel el rejoneador de Tarancón Sergio Galán, que ante un bravo novillo de El Capea que le dejó demostrar la buena cuadra con la que cuenta y el temple que atesora con los caballos. Faena medida y espectacular destacando el toreo de cercanías con los pitones del novillo pegados a las grupas de los equinos. Animoso con las banderillas, obtuvo al final de su actuación dos orejas del utrero.

Le correspondió a El Fundí un utrero de Domingo Hernández con el que puso ganas y demostró el oficio que tiene pese a su inactividad reducida a los festivales en esta temporada. Bonitas chicuelinas al paso para llevarlo al caballo, dejando al animal preparado para la muleta. Brindó a todos sus compañeros la faena reconociéndoles el estar ahí apoyando la causa solidaria. Con la muleta José Pedro estuvo intermitente aprovechado la incierta embestida del novillo hasta que se cerró en tablas. Destacaron alguna tanda con muletazos largos por el pitón derecho y los pases de pecho de pitón a rabo. Oreja tras su faena que paseo por el ruedo ante el cariño de los espectadores.

Antonio Ferrera tuvo que recibir a dos reses, pues el titular del festejo de la ganadería de los hermanos Sánchez De León, fue devuelto a los corrales por su flojedad, en su lugar un colorado de la ganadería del Estoque con el que Ferrera disfruto de principio a fin, primero con el capote interpretando variadas suertes, tras esto con los rehiletes dio una lección de facultades y valor con tres pares variados y espectaculares. Con la muleta en la mano, Ferrera fundamento su labor con la diestra con una res que embestía de forma descompuesta y al que el extremeño le puso tesón y firmeza. Estocada entera de la que salió rebotado concediendo la presidencia una oreja ganada a pulso.

El toledano Eugenio de Mora sorteó un toro con cuajo y trapío de la ganadería de Fuente Ymbro al que le instrumento unas verónicas maravillosas al encastado toro. Comenzó su faena fundamental con la zurda con muletazos poderosos y de trazo largo con una res que embestía con el hocico por el suelo hasta en los pases de pecho. Esto le hizo a Eugenio emplearse de lleno y torear con poder y recursos al animal que reponía constantemente ante el matador moracho. Lo mató de frente y de verdad, siéndole concedidas las dos orejas del bravo de Fuente Ymbro.

El toro de más presencia le correspondió a Diego Urdiales, siendo de la ganadería de El Montecillo, propiedad de Francisco Medina. Serio y con trasmisión el animal puso en compromiso a un banderillero al ser zarandeado al salir de un par. Con el de Medina, el torero riojano no se mostró lo dispuesto que requería el animal y estuvo más que precavido. Mato de entera y no le fue concedida la oreja del toro pese a la petición mayoritaria del respetable.

Cerró plaza Pepe Moral ante un toro de Ángel Luis Peña, cómodo pero gordo de capa colorada. Lo meció en el capote y lo ralentizo al ritmo pausado que le marcaba sus telas, bonito recibimiento acogido con los olés del público. Con la muleta toreo de manera primorosa por ambos pitones con un toreo de arte que mece a los animales en sus trastos de manera prodigiosa. Buena actuación que le valió para cortar las dos orejas del último animal del festejo.