El PP municipal está contento porque el alcalde de Toledo le ha hecho caso dos veces en una semana después de tres años de negativas. Primero han conseguido que baje el IBI y ahora que acometa las obras de arreglo de la calle Guadarrama. Claudia Alonso se felicita aunque teme que es una maniobra electoralista de Emiliano García-Page para reconciliarse con los vecinos de la ciudad. La preocupación les asalta sobre todo cuando le escuchan decir que «está dispuesto a pactar con quien sea para mantenerse en el poder».
La portavoz del PP observa que cuando se acercan las elecciones, una vez que García-Page ha aclarado su destino político, el alcalde mueve las piezas para «sacar rédito político» y contrarrestar la «terrorífica» imagen de «mal gestor» que se ha creado a lo largo de esta legislatura en la que ha tenido al Ayuntamiento «abandonado» mientras se ocupaba de labrar su propio futuro.
En ese río revuelto el PP da la «bienvenida» a las medidas que ha tomado el alcalde a favor de los ciudadanos, aunque haya sido con el «único interés electoralista».
Sin embargo Alonso se alarma cuando escucha a García-Page hablar de su predisposición a pactar con Izquierda Unida el mismo día que el portavoz de la coalición, Aurelio San Emeterio, hace un llamamiento en la Junta de Distrito de Santa Bárbara a «ocupar el centro de salud». La concejal del PP afirma que esa actitud es «peligrosa» y pregunta si García-Page apoya esa «ideología radical».
En ese contexto, considera que el candidato socialista a la Junta de Comunidades tiene que aclarar cuál es su opción de futuro: la del PP, ocupado en gestionar desde la moderación para arreglar los problemas de los ciudadanos; o la de IU, que representa la mala gestión, las ideas absurdas y peligrosas que ya han experimentado el fracaso.