Las cocheras del Parque municipal de bomberos de Toledo, ubicado en la calle Salto del Caballo e inaugurado en 1991, están abiertas, listas por si hay que salir corriendo a atender una emergencia. En ellas se encuentra el último camión que llegó al servicio, a finales de 2017. Se trata de una bomba rural pesada de última generación. Los efectivos que nos muestran las instalaciones explican que «va perfecta y nos ha resuelto la papeleta». Antes de su llegada, llevaban años atendiendo los fuegos de pastos con vehículos destinados a la extinción de incendios urbanos, es decir, cuyas ruedas no están preparadas y no tienen las condiciones adecuadas. La pintura de este camión y las características del vehículo contrastan con algunos de sus ‘vecinos’ en las instalaciones. La noche y el día.

En la explana delantera del Parque ‘descansa’ el veterano del Parque. Un Pegaso cuya matrícula (TO9061H) evidencia que tiene más de 30 años. «Es casi una reliquia», bromean los bomberos. Su función es fundamental para el cuerpo. Se trata de un vehículo con gran capacidad de carga de agua (9.000 litros), cuyo uso es como vehículo nodriza, de apoyo o abastecimiento de agua a otros vehículos en caso de grandes incendios, o falta de suministro de agua en la red pública.

Dentro de las cocheras están también el móvil 1, utilizado para atender accidentes de tráfico, y el móvil 5, para llegar a fuegos donde hay problemas de accesibilidad. Uno está sin ruedas, porque le están haciendo algunos arreglos, al otro le falta una de las tapas laterales que cubren el material de extinción que va en su interior. Ambos camiones, el primero con matrícula TO-U y el segundo TO-W, están de enhorabuena. El Ayuntamiento de Toledo acaba de convocar un contrato dotado de algo más de 48.000 para repararlos. Los bomberos se sorprenden de este gasto, dado que en el pliego de condiciones del contrato se especifica que los trabajos serán de «chapa y pintura», algo que no evita de posibles averías. «Esto parece tirar 50.000 euros en mejorar la imagen exterior, cuando el interior es el mismo, son viejos y nos pueden dejar tirados igual, como ya nos ha pasado», comentan.

Por eso, los representantes sindicales del Parque insisten en una renovación de la flota con un plan plurianual que garantice vehículos más nuevos y en mejores condiciones, pero sobre todo, gastar el presupuesto en lo que necesitan los bomberos y no «en lavar imagen».

Para conocer al detalle las intenciones del Ayuntamiento, los efectivos han solicitado oficialmente información sobre el destino de los fondos Unespa, así como la cantidad anual concreta de la que dispone el Consistorio gracias a ellos. Hay que recordar que, a propuesta de Ciudadanos, a finales de 2015, todos los grupos políticos se comprometieron a destinar los ingresos fijos anuales que recibe el Ayuntamiento de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) a renovar las instalaciones, el material y los vehículos del servicio. Se trata de unos 275.000 euros anuales, pero los sindicatos quieren concreción.

«Queremos saber qué se está haciendo», insisten, al sospechar que con esta cantidad se están comprando «botas» y otro material ordinario de los efectivos, algo que «debe ir asociado al presupuesto anual del servicio y no a los fondos Unespa», alertan.