La falla estalla la polémica

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La oposición «alucina» con el último anuncio del alcalde y los vecinos protestan por dos días de ruido que sólo benefician a la hostelería

Nadie ha quedado indiferente. El anuncio del alcalde, Emiliano García-Page, de que Toledo vivirá sus primeras fiestas falleras el fin de semana del 11 y 12 de abril ha tenido una cascada de reacciones. Así, lo que era una medida destinada a aumentar la promoción turística, se ha transformado en una ocurrencia a la que pocos ven sentido.

Instalar una enorme falla en el aparcamiento disuasorio de Santa Teresa y quemarla, previa pertinente mascletá, paella, horchata y ofrenda a la Virgen, puede que sirva para atraer a la ciudad a los 900 miembros de la Asociación Falleros por el Mundo, encargados del evento, pero los distintos partidos políticos y los vecinos de la zona no dejan de estar anonadados con un anuncio que califican «de traca».

Así, el exalcalde de la ciudad y actual diputado por el PP en las Cortes, Agustín Conde, prefería tomarse el asunto a guasa e invitó ayer a Page a que «el día del Valle nos organice unos ‘sanfermines’». Y es que, Conde considera que Toledo ya tiene «muchas tradiciones como para andar haciendo una falla. Pero, en fin...»

En pocas cosas, o ninguna, coinciden el PP e IU, pero ayer Page logró ponerles de acuerdo. El portavoz de la formación de izquierdas en el Ayuntamiento, Aurelio San Emeterio, confesaba sentirse «alucinado» reflexionando sobre los motivos que han propiciado esta decisión. Quizá, aludió, «se debe a que el señor alcalde, de tanto ir y venir, ha perdido la perspectiva de que es el alcalde de Toledo» y de que, «con el máximo respeto a todos», en esta ciudad «no vale todo».

Afirmando que todavía «no tenemos claro lo que va a venir», recordó al alcalde socialista que en esta ciudad «se encuentra el yacimiento de Vega Baja, único en Europa, y una riqueza monumental que no necesita de ninguna falla». Tras lo cual, el portavoz de IU consideró que «a Page se le ha ido la olla».

Los vecinos de Santa Teresa, encargados de acoger el monumento fallero, no están tampoco nada contentos con el anuncio. Su presidente, José Antonio Carrión, está convencido de que tras la organización de este evento están los hosteleros del barrio, «porque aquí hay poco negocio últimamente». Sin embargo, esto va a perjudicar a los vecinos, porque entre la plantá, la cremá y los fuegos artificiales habrá molestias. La fiesta durará todo el día, teniendo en cuenta que hay paella, y terminará tarde, porque, «como se suele hacer a partir de las doce de la noche, me parece una metedura de pata». De ahí que a Carrión no le guste que «el señor alcalde se preste a esto». Porque a su juicio hay más lugares en la ciudad para hacer un acto así, sin molestar a los vecinos.

Además, al margen de encajar mal el anuncio, hay que sumar el agravante de que, de momento, el Ayuntamiento no se ha puesto en contacto con los vecinos para explicarles el proyecto. Mal comienzo.

Con todo, no todo son malas acogidas, y ayer el socialista José Luis Martínez Guijarro quiso romper una lanza en favor de su compañero y jefe directo de partido: «Todo aquello que pueda traer turismo me parece bien», resolvió para salir del entuerto generado por la traca colofón de legislatura de García-Page.