«El secreto es poner el acento en la tradición e innovar»

Leticia G. Colao
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Ángel Sánchez Cabezudo atesora una de las mejores, si no la principal, colección de cerámica de Talavera de los siglos XVI y XVII, aunque también abarca otras épocas. Una treintena de ellas se exponen hasta marzo en 'aTempora Talavera'

Ángel Sánchez Cabezudo.

Sánchez Cabezudo es especialista en las piezas desde el inicio de la Edad Moderna, mediados del siglo XVI, hasta el principio de la fábrica de Ruiz de Luna.

Su dedicación a la muestra se resume en la selección de más de un centenar de piezas de una singular calidad y variedad nunca antes vista en la ciudad, la mayoría de ellas desconocidas y procedentes de museos nacionales. 25 metros lineales repartidos en tres vitrinas con la división de los azules de Italia, el verde de Puente y la policromía, que suponen una gran exposición dentro de la exposición.  

Fue en este tiempo cuando Talavera se convierte en sinónimo de cerámica, cerámica de calidad que inunda los mercados y llega hasta el resto de artes como la literatura o la pintura. Con el conocimiento de esta etapa de la cerámica talaverana, se llega a comprender el pasado y se puede empezar a plantear un proyecto de futuro. En este sentido, el doctor en Historia del Arte e importante investigador de la artesanía del barro, apuesta por la innovación teniendo siempre como base la mejor tradición cerámica.  

 

‘aTempora Talavera’ de la que usted es miembro del comité de expertos y especialista de la sección ‘El esplendor. Talavera y Puente del Arzobispo (siglos XVI-XVIII), está a punto de cumplir tres meses, ¿Cuál es el balance que obtiene?

El balance es muy positivo porque el público ha respondido de una manera extraordinaria, lo cual nos pone de manifiesto que cuando se ofrece un producto de calidad, bien presentado, bien elaborado, con un producto científico como son los dos catálogos, el público sabe apreciarlo y responde. Las visitas están siendo masivas y fruto de ello ha habido que prorrogar la exposición.

¿Se cumplen así las expectativas creadas o se han visto superadas?

Bueno, uno siempre tiene dudas pero al ver después la exposición montada te das cuenta de la calidad y es una oportunidad única. Se han hecho pocas exposiciones temáticas sobre la cerámica tan amplias y con tanto rigor, eso la gente lo capta además de la belleza. Está respondiendo la ciudad de Talavera, pero también hay muchísimas visitas de Madrid, Extremadura, han venido amigos de Cataluña, Sevilla...

¿Qué supondrá esta exposición para la ciudad?

Será un antes y un después. Y no es solamente una exposición sobre cerámica de Talavera sino de Castilla-La Mancha, pero el apartado de Talavera no se había hecho nunca en la ciudad. Se podría hacer una monográfica sobre Talavera mucho más amplia y mucho más importante, centrándonos solamente en Talavera. Ojalá en años venideros se contemple este proyecto que sería extraordinario. La parte de Talavera es rica, abundante y muy interesante.

¿En qué ha consistido su selección de piezas para esta parte de la exposición, en qué se ha basado?

De mi colección he cedido unas 30 piezas de Puente del Arzobispo y de Ruiz de Luna. De Talavera he prestado pocas, porque aunque es la parte más importante de mi colección, he preferido que fondos que están en los museos de Barcelona y Madrid salieran a la luz. Las mías siempre están ahí. Las de los museos a veces es más complicado y he preferido sacar estas piezas que eran totalmente desconocidas y algunas inéditas en cuanto a las series a las que corresponden.

Su colección cerámica es de las más importantes de España, pero ¿Cómo surgió esta pasión?

Siempre me han gustado los objetos antiguos que han pasado por la mano del hombre, tanto en el propio uso cotidiano como en el aspecto de ornato de sus viviendas o casas. Siempre me he sentido atraído por los objetos antiguos, no solo cerámica sino también metal, textiles... todo lo que son las artes decorativas. Pero lo que más me ha atraído siempre es la cerámica, casi desde la adolescencia, que no sabía lo que era Talavera, Manises o Sevilla, pero al estar tan cerca de Talavera y sentirme prácticamente talaverano, me empecé a especializar un poco en las tradicionales de esta ciudad. Mi primera pieza fue un plato de cerámica de Talavera del siglo XVIIIcomprado en El Rastro.

Atesora usted piezas procedentes no sólo de España sino de diferentes países del mundo, una muy singular que se expone además en ‘aTempora Talavera’ es el mural de azulejos que adquirió en Londres pero que probablemente procede de Rotterdam, y cuyo origen se cree en el Castillo de Escalona.

Sí, correspondía a una colección holandesa y hay otras piezas de esa misma serie de paneles en un museo de Rotterdam. Había pertenecido a una colección sobresaliente de azulejería europea de un holandés.

Estoy siempre atento al mercado internacional y sobre todo también al saber que soy comprador de determinadas cosas, cuando sale algo me avisan los propios anticuarios cuando la pieza es importante, porque piensan que puedo ser la persona adecuada o el comprador oportuno, y me avisan desde España o desde fuera de España.

La cerámica de Talavera se encuentra por todo el mundo, mucha de ella incluso oculta en los fondos de muchos museos.

Sí, es un trabajo que me gustaría hacer, el estudio de todas las piezas de Talavera que hay dispersas en  los museos del mundo, muchas, las menos, están en exposición permanente pero en los fondos de los museos hay bastante y me gustaría sacar estas piezas a la luz. Esto requiere tiempo y viajar bastante, y no siempre es posible, pero sería un proyecto muy bonito.

Su labor investigadora le ha llevado a que su tesis doctoral esté protagonizada por la cerámica de Talavera y el Monasterio de El Escorial, la defendió usted el año pasado.

Sí, fue el estudio de todas las cerámicas de El Escorial, tanto en azulejos como en piezas de vajilla de ornato y desde el momento de la construcción del Monasterio por el rey Felipe II hasta la exclaustración de los Jerónimos, es una relación de más de 300 años en los que prácticamente el único proveedor del Monasterio han sido los alfares de Talavera.

Como experto en la cerámica, ¿aboga usted por la cerámica clásica, tradicional o por la innovación y los nuevos usos y diseños del siglo XX?

Hemos de tener presente que la cerámica que se hizo en el XVI y XVII no se va a hacer mejor hoy, lo mismo no se va a mejorar, pero sí hay que tomarlo como punto de partida e innovar. No podemos estar dando vueltas siempre a lo mismo, porque eso ya se convierte en algo pasado de moda. Pero sí poniendo el acento, el punto de arranque en la tradición e innovar, innovar, innovar. Creo que ese es el secreto por el que puede tener gancho la cerámica de Talavera en el momento presente.

¿Cómo ve este presente, está Talavera concienciada de su importancia en la cerámica? Últimamente se está dando forma a la Ruta de los Murales...

Creo que la ciudad está tomando en cuenta, o dando importancia realmente a una de sus señas de identidad. En este sentido, todo lo que se haga es poco y es algo de lo que esta ciudad puede presumir y otras muchas no, por lo que hemos de poner el acento.

Los murales son obras de una calidad extraordinaria que van a quedar ahí para el futuro y que siempre constituirán patrimonio para Talavera, me parece una idea muy buena.  

¿Cree que tras la exposición cambiará la visión de la ciudad por su artesanía y aprenderá a valorarla?

Es lo que nos gustaría a todos, pero yo creo que el talaverano tiene que poner los ojos en la cerámica de antes y de ahora, pero no mirarla como el cacharro que había en casa de la abuela, sino mirarla con una visión nueva, con unos ojos que intenten descubrir lo que hay en la pieza, de belleza, funcionalidad... La idea de ‘los cacharros de la abuela’ nos hace mucho daño. A ello contribuye ‘aTempora’, se ha dado una visión diferente de las producciones talaveranas y de lo que se ha llegado a hacer con esta calidad y con este diseño.

‘aTempora Talavera’ ha servido además para restaurar más de 200 piezas. Una de las más significativas es uno de los paneles del azulejero flamenco Jan Floris, expuesto casi de forma anónima enOropesa y que fue descubierta por usted.

Sí, ha sido lo que me ha hecho no dejar este proyecto de ‘aTempora’ sino estar muy contento porque quería sacar a la luz y poner en valor el panel que hace años descubrí. Creía que era una obra cumbre para Talavera y que no podía estar donde estaba, además del peligro que corría por estar en un exterior y a una altura bastante accesible. Cuando me propusieron ‘aTempora’ éste era el momento y gracias a Dios lo hemos podido ver, es una obra magnífica que ahora luce con todo su esplendor después de una restauración muy buena llevada a cabo tanto por un restaurador de Toledo, Miguel Bonache, como por un ceramista de Oropesa, Santís, que han hecho la reintegración de algunos azulejos que faltaban... que esta obra esté en la exposición es algo extraordinario.

Además en su restauración se descubrió que el diseño no era el planteado por el artista, y se ha podido solucionar...

No, estaba en el exterior de la Ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa, pero no sabemos para qué se hizo la obra. Sí sabemos que hace unos 80 años se puso ahí, y al ponerlo no supieron montarlo y estaba algo descolocado.

Precisamente fue Jan Floris (Juan Flores) y el rey Felipe II, con una importante formación humanística, los que relanzaron la cerámica de Talavera introduciendo nuevas técnicas que hicieron de la ciudad el gran centro productor de cerámica de España.

Así es. Felipe IInecesita un azulejero que le haga azulejos para sus palacios, pero a la nueva moda del Renacimiento, no según las técnicas mudéjares que ya eran moda pasada. En España le cuesta encontrar un azulejero que conozca las nuevas técnicas italianas, por lo que entra en contacto con Jan Floris, que luego se castellaniza su nombre, se le conoce también como Juan Flores, y lo contrata, obligándole a que vaya a Talavera y montar aquí sus hornos. Al llegar este hombre con todos los conocimientos de la nueva moda y los repertorios de estampas y dibujos, enseña a los ceramistas que había en Talavera, porque ya tenía una tradición alfarera desde hace mucho tiempo aunque no conocían las técnicas italianas.

La desgracia es que Floris muere en 1567 y solo está en la ciudad cinco años. En este tiempo, le dio tiempo a enseñar a los alfareros de Talavera pero hubiera sido maravilloso si hubiera vivido más y hubiera podido dejar más obras. Este es el origen de la cerámica de Talavera en la Edad Moderna, la presencia de este azulejero y la demanda de obra por el rey.