Por primera vez en la legislatura los presupuestos regionales aumentan la partida prevista para gasto público y superan, también por primera vez, la barrera psicológica de los 8.000 millones. En concreto, el presupuesto total de la Junta para el año que viene ascenderá a 8.205 millones, un 3% más que el pasado año. El tiempo de los ajustes parece haber pasado ya a la historia.

Así por lo menos lo aseguró ayer la presidenta regional, María Dolores Cospedal, encargada de detallar cómo se ha conseguido este incremento del dinero a gastar en todos los departamentos de su Gobierno, salvo en la Consejería de Hacienda. Un gasto público que se cifrará en 6.944,8 millones, un 0,61% más de lo previsto para 2014 y que se obtiene de restar al presupuesto total los gastos financieros generados por la deuda pública.

Precisamente es la deuda pública la causante de este aumento del margen de gasto o, mejor dicho, la reducción del coste de los intereses que cada año le toca pagar a la Junta por esta deuda. En estos presupuestos para 2015, el Gobierno regional ha logrado reducir sus gastos financieros en 111,1 millones, una cantidad que se destina íntegramente «a gasto social», según precisó la presidenta.

«La economía de Castilla-La Mancha es hoy una economía creíble», lo que «nos permite pagar menos intereses por la deuda y destinar más recursos a mejorar la calidad de los servicios públicos», defendió Cospedal. En este sentido, insistió en que, como en años anteriores, el 85% del techo de gasto permitido se destinará a los servicios sociales básicos, o lo que es lo mismo, a sanidad, educación y asistencia social.

La otra pata de este aumento del margen del gasto estaría, según Cospedal, en la mejora de la situación económica -que se ha materializado en un repunte de los ingresos previstos- y en la «buena gestión» de lo púbico hecha por el PP en estos casi cuatro años en el Gobierno. A su juicio, los presupuestos para el año que viene son «un punto de inflexión» en la economía regional. Y es que, si bien la «crisis sigue», «España y Castilla-La Mancha han dejado atrás la recesión».

Un horizonte en positivo que, según aseguró, «nos ha permitido estabilizar el gasto público, retornando definitivamente la confianza de los mercados financieros, las instituciones y los inversores» en la región y «poner fin a la morosidad pública». Gracias a estas cuentas públicas, «Castilla-La Mancha consigue afianzar el nuevo marco económico; marcado por la innovación, la internacionalización y el emprendimiento, los únicos medios para garantizar un crecimiento sólido y sostenible en el tiempo, y la creación de empleo».

Asimismo, quiso destacar que este cambio se ha logrado «gracias al esfuerzo de todos». «Estos presupuestos contribuirán a acelerar el crecimiento de nuestra economía y la creación de empleo» y, por tanto, «comenzarán a devolver a los ciudadanos el esfuerzo realizado».

No obstante, la jefa del Ejecutivo regional lanzó un aviso a navegantes: «estos no son unos presupuestos expansivos» y advirtió de que su Gobierno seguirá incidiendo en las políticas de control de gasto público, de sostenibilidad de los servicios públicos y de reducción de déficit puestas en marcha a partir de mayo de 2011.