La protesta en Garciotum provoca la ausencia del inspector educativo

Bosco Ferri / Garciotum
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Los padres de los alumnos del colegio del municipio han acordado no matricular a los niños en ningún centro que no sea el suyo y acudir a éste al inicio del curso escolar

El presidente del AMPA de Garciotum, Eusebio Díaz Lucero, lee el comunicado que pretendían darle al inspector educativo. - Foto: Manu Reino

Como en la película de Berlanga ‘Bienvenido Míster Marshall’, el inspector educativo de la Junta que tenía prevista su visita ayer a Garciotum para confirmar de forma oficial el cierre del colegio no apareció. Las protestas de los vecinos del municipio, que se habían anunciado a través de los medios de comunicación, provocaron la ausencia de esta inspección de Educación en la que se iba a explicar a los padres de los alumnos el por qué del cierre de este centro, así como los pasos para matricular a los niños en Castillo de Bayuela, algo que los padres han acordado negarse a realizar.«La AMPA ha decidido no matricular a nuestros hijos en otro centro escolar que no sea el de Garciotum y aquí los llevaremos al principio del próximo curso todos los días en el horario habitual, mientras que un miembro de la asociación estará al cuidado de ellos en perjuicio de su actividad laboral», anunciaba el presidente del AMPA del CEIP Santa María Magdalena, Eusebio Díaz Lucero.Desde las 10 de la mañana se encontraban ayer esperando al inspector un centenar de personas, vecinos de Garciotum de todas las edades, que reproducían cánticos de protesta, acompañados de pitos, carracas, bombos y otros instrumentos.Sin embargo, la concentración no contó con un ambiente hostil aunque sí reivindicativo, con pancartas en las que se leía: «Lucha por ellos. Si los colegios rurales desaparecen, los pueblos lo harán con ellos». También el AMPA tenía preparado un listado de razones para transmitir al inspector, como defender la calidad de este centro «superior al que pretenden que vayan», la gratuidad de las actividades extraescolares, la enseñanza individualizada, la flexibilidad horaria y la perfecta convivencia entre los niños de las distintas edades, a la vez que el cierre provocará «el desarraigo de los niños con su entorno y el perjuicio para el pueblo y nuestros hijos».La directora del colegio desde hace 25 años, Rita Almagro, recordaba como en otras ocasiones ya intentaron cerrar el centro, al tener menos de cuatro alumnos, pero «avisaron con tiempo y cumplimos el cupo establecido», algo que en esta ocasión no ha sucedido, ya que «han jugado sucio al cerrar las listas el 29 de febrero», cuando tenían diez niños entonces, aunque tenían previstas más incorporaciones para el próximo curso. «En Cuenca hay casos de colegios abiertos con ocho alumnos», apuntó el alcalde de Garciotum, David Palomares.