Se limitaron a rechazar los trasvases y la venta de agua a los regantes de la cuenca del Segura introduciendo la idea de que «se abran otros mercados» con los ríos españoles «para que no seamos siempre en el Tajo los sufridores». Ciudadanos intentó una alternativa elevando el debate al Congreso de los Diputados sobre la política nacional del agua que cumpla las directivas europeas.