Impotencia. Era lo que sentía Canario tras la derrota del Toledo. Fue expulsado en el minuto 25 de partido por dos acciones que cree que no fueron de amarilla. «En la primera me da el balón en el estómago, le digo que no me ha dado en la mano y se lo toma como algo personal», explica. En la segunda, el palentino reconoce que «casi no hago falta al rival y casi tenía la tarjeta en la mano.