La actuación protagonizada por el quinteto valenciano congregó a una gran cantidad de espectadores, que disfrutaron de un jazz con tonos muy clásicos en el que la trompeta de Zaragoza y el saxo de Saldaña dominaron la escena, pero en el que también el piano, el bajo y la batería contaron con una importante presencia, e incluso con momentos en los que deleitar a la concurrencia con varios solos.