Si bien se pudo comprobar la legal procedencia de los animales tras examinar la documentación aportada del propietario, este no pudo acreditar haber solicitado la inscripción de los reptiles en el Registro de Núcleos Zoológicos de la Consejería de Agricultura de Guadalajara, hecho por el que también se levantó acta que fue remitida a los servicios periféricos de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta en Guadalajara. En el momento de la inspección se pudo comprobar la existencia de unos 30 ejemplares que su propietario criaba en unos 20 terrarios para su posterior venta al público.