Los más antiguos de Mora aún la recuerdan o han oído hablar de ella. Funcionó hasta bien entrado el siglo XX. Tocaban las campanas de la iglesia de Santa María de Altagracia a difunto y, en su puerta, la elegante carroza negra de la funeraria ‘La Soledad’ esperaba para realizar el último paseo del finado. El vehículo fúnebre fue adquirido en 1850 por la familia de Atanasio Gómez Pintado, el último de una larga saga de ebanistas y carpinteros que hicieron del último adiós su forma de vida.

Atanasio murió joven, con apenas 56 años, y su mujer, Pilar de Mora García, decidió marcharse a vivir a Toledo capital. Allí tenía familia, unos sobrinos-nietos que, a falta de hijos, han sido los encargados de heredar.

Se trata de Nacho, Quique, Paco y Carlos, cinco hermanos que, aunque conocían a qué se había dedicado esa rama de su familia, no sospechaban lo que iban a toparse cuando, hace unos meses, entraron en la vivienda de su tía-abuela. Allí, en un cobertizo perfectamente cerrado, se encontraba aparcada la famosa carroza fúnebre y un total de 14 ataúdes de todo tipo de factura; incluido uno de metal con candado, «de esos que se usaban cuando había que enterrar tras epidemias», señala Nacho Martín, uno de los sorprendidos herederos.

Una carroza fúnebre y 14 ataúdes de herenciaLa cuestión es que la vivienda donde se guardaban ataúdes y carrozas había sido ya vendida, y había que sacar de allí tan peculiar mobiliario. Ninguno de los herederos tenía forma de quedarse con esos objetos, por lo que decidieron buscar personas e instituciones interesadas. En total, dos meses de gestiones.

Se pusieron en contacto con elMuseo de Carrozas Fúnebres de Barcelona, creado en 1970 y único en España, pero no demostraron interés. El Ayuntamiento de Mora, tras reunirse con sus responsables, tampoco se interesó por quedarse con el fúnebre e histórico carruaje, por lo que, tras colgar hasta un anuncio en wallapop (tuvo 120 visitas y ninguna oferta), uno de los herederos, residente en la localidad de Burguillos, le comentó el tema a su alcalde,  José Castro Sánchez, que rápidamente se mostró interesado.

Así, finalmente, en la mañana de hoy la carroza fúnebre dejará Mora después de 168 años. Pondrá destino a Burguillos en un camión de mudanzas y allí será restaurada (aunque mínimamente, puesto que su estado de conservación es increíble) para poder prestar servicio de nuevo, pero en otro municipio.