Los químicos teóricos presumen de presente y futuro

C.M
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Esta disciplina permite «conocer las propiedades de las sustancias o las moléculas a través de métodos teóricos». Esto es, «saber a priori lo que va a pasar, abaratando costes y plazos» en industrias como la farmacéutica o las de materiales

El Campus de la Fábrica de Armas acoge estos días el XI Congreso de Principios y Aplicaciones de Estructura Electrónica (ESPA-2018), un encuentro estructurado en torno a nueve sesiones con cinco ponentes cada una, «que cubre todos los aspectos de la Química Teórica, desde el desarrollo del método hasta las aplicaciones de vanguardia en la ciencia molecular computacional».

Manuel Alcamí, catedrático del departamento de Química de Universidad Autónoma de Madrid, destacó el «inmejorable momento» que vive una disciplina que gracias a contar «cada vez con más potencia de cálculo y ordenadores más grandes» permite «modelar qué es lo que va a pasar en una reacción, o cuáles van a ser las propiedades de un compuesto sin necesidad de trabajar con ese compuesto». Esto es, los químicos teóricos pueden «saberlo a priori», lo que «es mucho más barato que realizar la síntesis correspondiente».

De ahí que a pesar de saberse «una minoría dentro de los químicos», Alcamí apreció las posibilidades de futuro de esta especialidad porque «la química es la ciencia central, está en la base de miles de aplicaciones tanto de física como de biomedicina o bioquímica».

No en vano, la industria farmacéutica «va por delante» en la integración «de químicos teóricos en sus equipos de investigación» que pueden «ver las estructuras de los compuestos llamados a ser dianas, por ejemplo, frente a una proteína, en un ordenador», ahorrando la «realización de muchas síntesis para ir directamente al objetivo».

Le siguen  los pasos las empresas dedicadas a la fabricación de materiales porque «con propiedades determinadas se pueden diseñar, a priori, las reacciones químicas». Una dinámica que se está generalizando porque, apuntó, «hoy las empresas ya están comenzando a tener grupos de modelización en sus centros de investigación».

Y puesto que la Química Teórica se fundamenta en el conocimiento de las propiedades de sustancias o moléculas, y en su reactividad química «utilizando solamente métodos teóricos, es decir, ordenadores, fórmulas, o papel y bolígrafo», estos especialistas son «grandes usuarios de las redes de supercomputación española».

Por ello, el constante avance de la tecnología y de la potencia de cálculo permite trabajar «en sistemas muy grandes, de miles de átomos» que propician el desarrollo de «aplicaciones relacionadas con enzimas, biomoléculas, fármacos o materiales»; un campo de acción que denota «el amplio rango de aplicaciones de la Química Teórica».

En este punto, el congreso organizado en Toledo reúne a más de 250 especialistas llegados de todo el mundo que, en este contexto, intercambiarán conocimientos y experiencias relacionadas tanto con la «investigación fundamental como con la más avanzada, es decir, desde el desarrollo de métodos hasta la creación de aplicaciones».

Aseguró Alcamí que, por abordar «todas las temáticas y perspectivas del campo», en el encuentro se presentarán los trabajos de los últimos años para valorarlos y discutirlos. Pero sobre todo, se motivará la «participación de los más jóvenes». De hecho, explicó el organizador, el último día está previsto que «los doctorando presenten sus trabajos ante las grandes estrellas que vienen, por ejemplo, de grupos americanos». Lo que es una «inmejorable oportunidad de exponer oralmente sus trabajos frente a una audiencia especializada».

 

Existe un «tremendo y creciente interés por este campo por sus perspectivas prácticas»

Alfonso Niño, catedrático del departamento de  Tecnologías y Sistemas de Información de la Universidad regional, destacó «el interés creciente de un campo que se está desarrollando en estas últimas décadas». De hecho, señaló la proyección de la Química Teórica, por ejemplo, en procesos relacionados con «la modelización computacional, como es la Informática». Vinculación que «ofrece perspectivas tremendas desde el punto de vista práctico» ya que «no sólo se da en disciplinas más tradicionales como los compuestos bioactivos», sino que es empieza a ser una realidad «en el desarrollo de nuevos materiales».

Y puesto que esta especialidad permite «poder realizar estos diseños en ordenador -trabajar con materiales que ni huelen ni explota porque se completan en una síntesis virtual-» supone «abaratar tremendamente los costes de desarrollo»; una «gran ventaja práctica para aplicaciones» que, claro está, «ofrece un tremendo interés a estas titulaciones».

Sobre la cantera actual, señaló el profesor Manuel Alcamí que es «muy buena» porque la integración de este campo de formación en «proyectos a nivel europeo ha permitido la puesta en marcha de «un programa de doctorado europeo y un máster de universidades españolas» integrado, apreció, por «17 universidades consorciadas».

Un conjunto de iniciativas por las que «recibimos a muchos estudiantes españoles y a un importante número de estudiantes llegados de todo el mundo». No en vano, cuentan con «buenas becas que propician la atracción de este talento de fuera». Por ello, fue explícito al evidenciar que hay «muy buenos estudiantes españoles y muy buenos estudiantes extranjeros que vienen a España».