'Piso seguro' en Casarrubios de una red criminal

La tribuna
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La organización contaba con una serie de 'pisos seguros' en Navalcarnero (Madrid) y Casarrubias del Monte (Toledo), donde, tras adquirir y adulterar la droga en otras localidades madrileñas, la almacenaban.

La operación en Toledo se desarrolló en Casarrubios del Monte. - Foto: Cristina Gómez

Más de 43 kilogramos de droga y una docena de armas incautadas es el resultado de la operación ‘Malladas’, desarrollada en por la Guardia Civil en Cáceres, Toledo y Madrid, en la que también se han intervenido 319.405 euros en efectivo y diez vehículos de alta gama.

En la operación -que se ha saldado con la detención de 21 personas, diez de las cuales han ingresado en prisión- han sido aprehendidos 3,9 kilos de cocaína; 71,5 gramos de heroína; 11,7 kilos de hachís; 24,3 kilos de marihuana; 39,5 gramos de MDMA; 935 gramos de anfetaminas y 2,4 kilos de sustancias de corte.

 Los cabecillas del grupo eran un matrimonio del municipio cacereño de Moraleja de entre 30 y 35 años. Al clan familiar se le han bloqueado judicialmente bienes por valor de más de un millón de euros.

La investigación comenzó en febrero, con la detención en Coria (Cáceres), de varias personas por un supuesto delito de tráfico de drogas, que habían acudido a Moraleja, a comprar estupefacientes.

Además, en abril se halló a unos 300 metros de un control establecido por la Guardia Civil a la entrada de Moraleja, un paquete con 10.060 euros en la cuneta de la carretera EX208, dinero que probablemente procediera de la venta de drogas.

La organización contaba con una serie de ‘pisos seguros’ en Navalcarnero (Madrid) y Casarrubios del Monte (Toledo), donde, tras adquirir y adulterar la droga en otras localidades madrileñas, la almacenaban.

Tras distribuirla en dosis más pequeñas, la transportaban por carretera, con «dobles fondos» en los vehículos para ocultarla, y se la repartían al siguiente nivel de la organización.

Con la compra de casas, pisos y fincas rústicas, así como la construcción con materiales de gran calidad de un chalet de 357 metros cuadrados, trataban de blanquear el dinero obtenido de la venta de droga, según ha explicado, puesto que el patrimonio «no se correspondía con sus ingresos lícitos».