El preacher es estricto y solemne con un trabajo basado en la sastrería como elemento conductor para su desarrollo estructural. Así otorga unidad y visión unificadora como metáfora de la tipología de un personaje simbólico. Todos estos looks son «muy uniformados», explica la modista. En ellos predominan colores como el azul imperial, el blanco inmaculado y el oro celestial, que relaciona con la necesidad económica y de poder. En el lado opuesto están los believers, que simbolizan a los votantes. A estos los ve como personas de distintos estratos sociales que tienen en común la necesidad de creer. Para ellos escoge desde el vestido típico de La casa de la pradera, al traje de domingo para ir a misa, pasando por el vestido más moderno de noche. De manera que la silueta se representa desde un caos sostenido.