El Ayuntamiento ha dado un paso más dando forma a una propuesta que se aprobó recientemente en el Debate de Estado del Municipio. La administración ha habilitado un enlace en su página web para conectar directamente con el Sescam a fin de acceder al documento de voluntades anticipadas, más conocido como testamento vital, para que cualquier persona pueda decidir su deseo al final de la vida y pueda utilizarse en aquellas situaciones, entre otras en las que no se pueda verbalizar.

Si bien, la labor municipal no se queda ahí. La concejala de Participación Ciudadana, Helena Galán, explicó ayer, en presencia de tres de los miembros de la Asociación  ‘Derecho a Morir Dignamente’ que  el Ayuntamiento  facilitará trípticos informativos a través de sus centros cívicos y realizará talleres y charlas, según solicite el colectivo, para sensibilizar sobre un tema «que siempre ha estado encima de la mesa».

En relación al documento en sí, la asociación tiene datos que demuestran el desconocimiento de la ciudadanía. En Castilla-La Mancha únicamente 3,41 habitantes de cada mil han decidido firmar y registrar el documento cuando la media española se sitúa en 5,61 habitantes. Además, nuestra región se sitúa en las comunidades menos avanzadas en este sentido junto a Extremadura, Galicia y Ceuta y Melilla. De hecho, desde el año 2013 sólo se han registrado 6.656 testamentos vitales en Castilla-La Mancha.

En relación al proceso, María Ángeles del Nuevo, integrante del colectivo, explicó que el documento se tramita en presencia de un funcionario en todos los casos o de tres testigos que no sean familiares directos del interesado. También cabe la posibilidad de hacerlo ante notario, como paso previo al registro a nivel nacional.

El colectivo insiste también que al margen del documento se deben garantizar los cuidados paliativos y  el derecho a la autonomía del paciente para «decidir, en libertad, como quiere que sea su muerte». Por tanto, Charo Andrada añadió la necesidad de avanzar hacia «la despenalización de la eutanasia y del suicidio asistido» porque el colectivo lo tiene claro: «libres hasta el final».