Opina que el 0-1 «no tiene defensa porque es un tiro directo». Y la gran cantidad de oportunidades sin materializar, sobre todo, en la segunda mitad, le lleva a pensar que «hiciéramos lo que hiciéramos, no íbamos a ganar el partido; nos tocaba perder». En definitiva, tras esta cuarta jornada «nos toca tragar veneno y esperar que el fútbol nos lo compense otro día, pero este punto ya no vuelve».