La concejala de Urbanismo, María Rodríguez, explicó que se trata de una propiedad privada y será el Arzobispado de Toledo, dueño del inmueble, quien lleve a cabo la demolición integral del edificio, después de contar con los informes pertinentes del Consistorio. Tras esto, deberán presentar un proyecto de ejecución de obra completamente diferente para el futuro templo.