"España necesita un líder"

Javier Villahizán (SPC)
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CON VOZ PROPIA Esta periodista todoterreno, que se considera ante todo mujer, demócrata y liberal, regresa a la novela histórica para recuperar un episodio que estima crucial para el país, el origen del Camino de Santiago y el inicio del espíritu de

Poco se sabe del surgimiento de uno de los hitos culturales más importantes del país: el Camino de Santiago, una vía de peregrinación que surge en la Edad Media y que 12 siglos después sigue tan viva como antaño. Isabel San Sebastián (Santiago de Chile, 1959) investiga y revela en La Peregrina (Plaza & Janés, 2018), a través del diario de Alana de Coaña, el trayecto que realizó el Rey Alfonso II en el siglo IX en busca de las reliquias de uno de los 12 apóstoles y todo lo que eso supuso para el futuro de la Cristiandad y de España. 

¿Qué le evoca, como peregrina, la simple pero emotiva frase que se dicen entre sí los caminantes de esta ruta: ¡Buen Camino!?

Evoca cordialidad y hermandad. En el Camino se crea una corriente emocional muy especial entre los que lo recorren. Es muy difícil de explicar, pero el Camino contiene un poder sobrenatural, es una vía imbuida de espiritualidad, que invita a la reflexión y la introspección. 

¿Qué es hoy en día el Camino?

Es la mayor autopista cultural de Europa. Ha sido una vía de integración, de vertebración, de unión, de intercambio cultural y de riqueza inconmensurable, tanto material como inmaterial, y lo sigue siendo. El Camino hoy tiene un significado amplísimo y todo él es sinónimo de progreso. En el origen, en el momento en que apareció el sepulcro de Santiago en el siglo IX y el Rey Alfonso II de Asturias recorrió por vez primera esa ruta para verificar esas reliquias, en ese momento, ese Camino supuso un impulso decisivo para la consolidación del Reino de Asturias, así como la existencia de la Hispania cristiana frente a Al-Andalus musulmán.

¿Hay que ponerse en la mentalidad de la Edad Media para escribir La Peregrina?

Sin duda alguna. Yo he escrito una novela histórica que se desarrolla en el siglo IX y tengo que ponerme en la mentalidad de la época. En la Edad Media, lo histórico y lo religioso van de la mano. La religión entonces era lo equivalente de lo que hoy sería la ideología. Decir España cristiana, era decir España visigoda, España romana. Y consagrar una basílica sobre las reliquias del Apóstol Santiago significaba realizar una apuesta de Estado. Aquello suponía mucho más que una cuestión de fe, era una cuestión de Estado.

¿Qué supuso el hallazgo de los restos del Apóstol para la España del siglo IX?

Estoy segura que tanto el obispo Teodomiro como el Rey Alfonso le dieron credibilidad absoluta a que las reliquias que estaban allí eran las de Santiago y además fueron capaces de ver lo que aquello significaba, en términos políticos y militares.

¿Fue el espaldarazo definitivo a la política militar de la Reconquista?

Fue un espaldarazo a la causa de la Cristiandad frente a la del Islam. No olvidemos que la Península había sido conquistada dos siglos antes y que la España musulmana, sobre todo el Califato de Córdoba, era un monstruo comparado con la hormiga que era el Reino de Asturias y toda ayuda era poca para consolidar ese Reino que sufría continuas aceifas, y la ayuda de uno de los 12 apóstoles era de un apoyo significativo. Fue algo decisivo. Entonces, el Islam era la potencia dominante y el Cristianismo estaba asediado.

¿Cuál ha sido el late motiv de Isabel San Sebastián para adentrarse en ese mundo medieval?

Me parece sorprendente y vergonzoso que teniendo un patrimonio formidable, una fuente impagable de Historia, de arte... no haya ninguna novela sobre el origen del Camino de Santiago. Esta es la primera obra sobre este tema. Es como si nosotros, los españoles, despreciáramos nuestro patrimonio. Algo parecido pasa con la Reconquista, que ha sido repudiada durante muchos años, ha desaparecido de los libros de texto. Es esencial recuperar esa epopeya gloriosa de la Historia de España. Yo estoy muy contenta de que se llevara a cabo la Reconquista y de que ganara el bando cristiano, porque soy mujer y demócrata y liberal y me encanta poder ir a trabajar en condiciones de igualdad y que mi palabra valga lo mismo que la de un hombre en un juicio y no tener que cubrirme la cabeza. Es decir, vivir en el mundo libre, democrático y occidental y esto es posible gracias a aquellos antepasados nuestros del Reino de Asturias que tuvieron la dicha, suerte o el milagro de hallar en un bosque próximo a Finisterre las reliquias de Santiago.

¿Por qué los españoles no conocemos nuestra Historia?

Porque España, institucionalmente, no se caracteriza por darle mucha importancia a la cultura; porque la izquierda identifica España o nación con fascismo; y porque los movimientos separatistas llevan ya muchos años inventándose una Historia paralela que no tiene nada que ver con la realidad. Una patria que desconoce su Historia carece de elementos de cohesión para seguir unida y así se deshacen las naciones cuando pierden su pasado común, es decir, las raíces que las sustentan.

¿Dónde encontramos la pátina autobiografía en La Peregrina?

En el parecido que guarda la biografía de Alana con la mía. Es una mujer que ha sufrido muchas pérdidas, que ha tenido una existencia muy itinerante, una primera juventud complicada y un sentido del honor y del deber muy acusado, es una madraza y, además, está ávida de apurar la copa de la vida hasta el final.

¿Hasta qué punto se puede asemejar ese mundo en el que vivían el Rey Alfonso II y Alana con la España actual?

Necesitamos desesperadamente un líder que sea capaz de devolvernos una meta común y compartida y de unirnos en la persecución de ese objetivo. Llevamos muchos años huérfanos de liderazgo y esa orfandad nos hace vulnerables ante quienes pretenden dividirnos, quebrarnos y debilitarnos.

Acaba de publicar una novela histórica, pero ante los últimos acontecimientos políticos en el país, ¿volvería a escribir ensayo?

Me da una pereza monumental la política actual.