El 90 por ciento de los trabajadores son mujeres que han desempeñado labores de albañilería y soldadura, además de bordados y limpieza y desbroce. La escaleras de acceso al molino de Santa Ana y a la ermita de Santa María de la Cabeza, la limpieza de la senda y los nuevos pasamanos que lucen en algunas calles del Casco son obra de estos trabajadores.