Agreden a un taxista en plena carrera y le quitan el dinero

J. Monroy
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Los compañaros de la víctima pudieron retener al agresor hasta la llegada de la Policía. Hoy se desarrolla el juicio rápido en los Juzgados de Toledo

No es Toledo una ciudad tan peligrosa como grandes urbes, como Madrid, para el gremio de taxistas. Sin embargo, de vez en cuando ocurre algún hecho significativo que hacen saltar toda las alarmas. Si no, que se lo digan al conductor que sufrió una agresión en la pasada madrugada del lunes al martes.

El joven sufrió varias contusiones en la cara y derrames en los ojos. Pero quizás tuvo suerte, porque la agresión se produjo en plena carrera, en una autovía, y llegó a mantener la sangre fría como para no sufrir un accidente.

Todo empezó cuando el taxista recogió a una persona que había llamado por teléfono en el puente de San Martín. Quería ir a Almonacid, y como viene siendo habitual en este tipo de carreras, el pago se hizo por adelantado. El usuario, al parecer procedente de algún país del este, se colocó en los asientos traseros. Durante el trayecto, hubo una animada conversación en varios idiomas.

Sin embargo, una vez alcanzado el destino, narra el agredido, el usuario se negó a bajarse del taxi. Al contrario, pasados cinco minutos, ocupó el asiento del copiloto. Como vio que su acompañante no atendía a razones, el taxista decidió retornar a Toledo.

Y fue aquí cuando se consumó la agresión. Cuenta el taxista herido que mientras bajaban por la autovía, a la altura de Nambroca, el usuario le quitó el dinero de la carrera y comenzó a pegarle puñetazos y cabezazos. Intentaba mover el coche y tocar el volante. Arrancó de cuajo el espejo retrovisor.

Afortunadamente, el taxista supo mantener la calma. Le habían saltado las gafas y no veía. En esas circunstancias, no podía ni parar, en medio de una carretera. Cuenta que no sabía ni a qué velocidad iba, sólo concentrado en evitar los golpes y que su ‘copiloto’ no lograra sacarlo de la carretera. Si se hubiera defendido, entiende, quizás habrían acabado en el arcén.

Al final, logró llegar hasta la estación de autobuses, donde, por suerte, había un grupo de taxistas. Entre todos, consiguieron reducir al agresor, avisar a Policía Local y Nacional y a la ambulancia.

Según cuenta la víctima, el agresor parecía «puesto de todo» y hasta a la Policía le costó reducirlo. Esa misma noche, presentó la denuncia en comisaría. Al agresor se lo llevaron al  calabozo y hoy mismo se va a desarrollar un juicio rápido en los Juzgados de Toledo.

Trasladado al hospital, al taxista le diagnosticaron edemas en el ojo (esa noche no pudo abrir uno de ellos) y un traumatismo facial. Tendrá que estar, por lo menos, cinco días de baja, sin poder trabajar. Afortunadamente, lo pudo contar, y quiere agradecer su ayuda a todos sus compañeros de Radiotaxi y Servitaxi, los agentes de policía y los sanitarios que lo atendieron.

Segunda agresión. En sólo tres años de taxista en Toledo, este es el segundo incidente desagradable que sufre el mismo conductor, los dos de noche, y hacia un pueblo. En aquella ocasión, hizo un servicio desde Toledo a Chozas de Canales. Llevó a tres hombres, que estuvieron drogándose y bebiendo en el coche. Les llamó la atención y le pusieron una navaja en el pecho para obligarle a parar el taxímetro, y pagarle sólo la mitad del servicio.

Ahora, sin poder trabajar y afectado psicológicamente, la víctima se plantea posibles soluciones, como la instalación de una mampara en el taxi, entre la zona del conductor y la de los ocupantes. «Porque Toledo se supone que es tranquila, pero al final te ocurren muchas cosas y se te puede ir de las manos», apunta.