La procesión de La Borriquita, singular y bella donde las haya, se inició con 20 minutos de retraso, lo que no impidió que los alrededores de la Basílica estuvieran llenos, más aún teniendo en cuenta las altas temperaturas que se disfrutan en la ciudad. El paso de Jesús a lomos de la borriquita es la gran talla que procesiona, con la compleja salida de la Basílica a rodillas de sus costaleros.