Miguel Méndez y Miguel Ángel Sánchez explican que el agua trasvasada es un teórico excedente que no puede convertirse en un derecho mediante una concesión; y tampoco se puede dar cabida en los órganos de gestión del Tajo a usuarios externos, de otra cuenca. Con esto, los regantes del Segura "tendrían los mismos derechos que los del Alberche" y si no hubiera agua, como ahora, serían indemnizados.