Quedan 126 días. Se acerca el fin de la legislatura. Las urnas volverán a dictar sentencia sobre quién gobierna durante los próximos cuatro años en el Ayuntamiento de Toledo. El 26 de marzo está ya en la mente de muchos. Los políticos de los distintos grupos llevan meses calentando motores. Algunos, como el PP, ya han dado el paso de poner a su candidata, Claudia Alonso, en primera fila. Otros, como el PSOE, no se imaginan a Milagros Tolón fuera del despacho de Alcaldía. Y otros, como Ganemos, Izquierda Unida o Podemos no tienen aún la certeza de bajo qué formulación y personas concurrirán a las elecciones. Tampoco hay un paso al frente en Ciudadanos, aunque en el Ayuntamiento todos saben que presentar a cualquiera que no sea Esteban Paños será un paso, pero dado hacia atrás. Además, para terminar de ajustar el panorama, este año todos miran de reojo a Vox. Aunque Toledo, de momento, no es Andalucía.

En este ambiente previo todos bocetan su campaña, ultiman sus programas, echan números y hacen cábalas. Es ahora cuando se verán los frutos del trabajo realizado; o no. La política no es una ciencia exacta.

Y es que, ¿se puede establecer una relación directa entre el trabajo político y el resultado en las urnas? Por suerte o por desgracia, no.  La teoría del valor-trabajo no es infalible en política.

Sin posibilidad de tener una fórmula directa para el éxito, lo único que pueden cuantificar los distintos grupos políticos al margen del pulso de la calle es su labor en el Ayuntamiento de Toledo. Y ahí sí que al menos existe una forma de medirlo, con su actividad plenaria.

No en vano, el Pleno Municipal es, tal y como reza su reglamento en Toledo, «el máximo órgano de representación política de los ciudadanos en el Gobierno Municipal» y se configura «como un verdadero órgano de debate de las grandes políticas locales que afectan al municipio y de adopción de las decisiones estratégicas, así como de control y fiscalización de los órganos de gobierno».

El trabajo realizado en la cámara parlamentaria municipal cristaliza, además, en las mociones presentadas por unos y otros partidos.

En Toledo, a lo largo de estos cuatro años de legislatura, se han llevado al Pleno un total de 162 mociones. De todas ellas, 91 han salido adelante con distintos respaldos, primando casi siempre el completo entendimiento entre los dos miembros del Gobierno bipartido.

PSOE yGanemos, Milagros Tolón y Javier Mateo, han tenido un agradable clima en la cámara parlamentaria. No pueden decir lo mismo los concejales del Partido Popular, que han visto cómo sistemáticamente se han echado abajo prácticamente todas las propuestas que han llevado al Pleno.

Muchas de las 71 mociones rechazadas son suyas o las han apoyado. Exactamente, 50 de ellas. El 70% de las propuestas canceladas en el Pleno Municipal de Toledo llevaban la firma del PP.

Los ‘populares’ no pueden presumir del éxito rotundo de apoyos con los que afronta la recta final de legislatura el PSOE. Los socialistas, como Gobierno que son, no se han prodigado mucho en la labor plenaria, pero han sacado adelante todas y cada una de sus propuestas. Una imbatibilidad plenaria que se materializa en un marcador de 29 mociones aprobadas en la legislatura frente a ninguna ‘derrota’.

Casi la misma efectividad tienen, como era de esperar bajo un pacto de gobierno, la formación que lidera Javier Mateo. Ganemos Toledo ha presentado un total de 41 mociones, de las que han sido aprobadas 36 y únicamente 5 se han quedado en nada.

En la zona media de la tabla se queda Ciudadanos. La formación de Esteban Paños ha trabajado mucho en su legislatura de debut. Han presentado un total de 52 mociones en sus primeros cuatro años de representación plenaria y el saldo se les queda en positivo, con 28 propuestas aprobadas frente a 24 rechazos.

La media sale favorable para la formación naranja, que no ha dudado en apoyar mociones de todos y cada uno del resto de grupos políticos cuando la cuestión planteada merecía su apoyo.

Esa comprensión o propósito de entendimiento no ha sido así en el resto de grupos, que se han mantenido más próximos a sus ideas que a entender las del contrario.

Como cabría esperar, el tándem  PSOE-Ganemos ha protagonizado más mociones conjuntas a lo largo de lo que va de legislatura que el resto de partidos. En estos años de gobierno han confluido en 10 mociones, notándose un comienzo fluido para iniciarse poco a poco un distanciamiento plenario que, a medida que se acerca la fecha electoral, se ha ido haciendo más patente.

En 2015, con el pacto recién firmado, ambos grupos presentaron 4 mociones conjuntas en cuestión de otros tantos meses. El Pacto por el Tajo. Toledo ciudad de refugiados, la iluminación de la N-400, Toledo con la infancia (Unicef) y de nuevo la defensa del Tajo fueron cuestiones en las que presentaron un frente común.

Después, en los tres años sucesivos, el apoyo se ha reducido a dos mociones conjuntas por año.

PP y Ciudadanos, por su parte, han coincidido en 2 ocasiones, ambas por el parking del Miradero; mientras que Cs y PSOE firmaron una transnacional por mejoras en la plaza de Reino Unido.

Estos son los fríos números del trabajo de los partidos en el Pleno Municipal, que dejan como vencedor del ranking numérico, no en porcentaje de acierto, a Ganemos con 36 mociones aprobadas frente a 5 rechazas, continúa con el PSOE (29-0), sigue con Ciudadanos (28-24) y se cierra con el Partido Popular (9 aprobadas frente a 50 rechazadas).

Por terminar con los símiles futbolísticos, la política y más concretamente los votos son como el balón, caprichosos. Por eso, el resultado del partido no se sabrá hasta el pitido final del próximo 26 de mayo.