Imagen, estilismo e implicación social son las claves de las que presumía Joaquín Ruiz la noche de ayer. Fue el encargado, en nombre de su extensa familia, de recoger la Aguja de Cerámica, en este caso por casi 50 años de trabajo y de solidaridad con diferentes causas. La historia de la familia Ruiz, no obstante, se remonta a mediados del siglo XIX con su bisabuelo, barbero de profesión.