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La lengua de fuego avanzaba imparable unos tres kilómetros a la hora.

El fuego sitia Montesión

viernes, 28 de junio de 2019

Las altas temperaturas y un fuerte y tórrido viento han sido una bomba explosiva que ha provocado un amplio incendio, que ha afectando a Montesión y San Bernardo, sobre todo en el entorno de la calle Jara y que ha provocado el desalojo de las viviendas del entorno. Además, la Policía Local tuvo que desalojar también a 23 personas centro Hogar 2000, la residencia El Alba y la perrera San Bernardo, todo ello por precaución por el humo. Todas salieron por su propio pie. Según ha podido saber este diario por vecinos afectados, hasta que se produjo el desalojo habían visto arder al menos un coche y la terraza de una vivienda. Además, una niña ha sufrido quemaduras en el brazo mientras trataba de sacar a sus mascotas.

Pese a la virulencia del incendio, las llamas no han devorado ninguna vivienda, aunque muchas tienen afectadas las parcelas, las zonas de jardin, los setos perimetrales  y las terrazas exteriores, así como daños en persianas y en cristales. La cuantificación de los daños materiales habrá que realizarla a lo largo de los próximos días. Los vecinos pudieron volver a sus casas poco antes de la medianoche, aunque las autoridades recomendaron que se no se quedaran a dormir en las viviendas, entre otras cosas porque el suministro eléctrico se fue recuperando paulatinamente.
El incendio se inició sobre las cinco menos diez de la tarde. Según han adelantado a los vecinos las fuerzas de seguridad, parece que el origen de todo el incendio está en una maquinaria agrícola, en el punto más alto del la Bastida (aunque el entorno de la ermita no parece afectado), frente al cerro de los Palos. De ahí habría pasado a San Bernardo y el fuerte viento empujó las llamas hasta Montesión y Montenegro, hasta rozar el vertedero en la carretera de La Puebla. A media tarde, apuntó Nicolás, el viento soplaba sur-este, y con una velocidad de cuarenta kilómetros por hora, que fue lo que provocó la virulencia del incendio, primero entre el pasto y monte bajo, hacia el encinar. Afortunadamente, el viento hizo que las llamas abandonaran las viviendas y se dirigiera hacia la carretera de Albarreal. El fuego llegó a 30 kilómetros de Toledo y avanzaba a 3 kilómetros por hora dejando un paisaje desolador por donde pasaba