Sinopsis oficial
La historia real de dos hermanos, uno de ellos el más alto del siglo XIX, y su largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiaron para siempre el destino de la familia.
La crítica -
Por J.M.S.
Con momentos cargados de poesía y una factura visual impresionante debido a una magistral fotografía (de Javier Agirre), toda la película, que arranca con las guerras carlistas del año 1836, gira alrededor de la historia de dos hermanos en una época cambiante. El mayor, el inquieto Martín, al que le gustan los retos y solo aspira a viajar a América, y el menor, Joaquín, muy hogareño, al que su crecimiento imparable obligará a salir de la tierra que ama muy a su pesar.
Rodada en euskera, los directores Jon Garaño y Aitor Arregui, multipremiados por su anterior film, la sensible Loreak (Flores), han trasladado al cine la biografía de este hombre real de cuya vida se conservan pocos datos fiables, tan solo que su hermano Martin fue su compañero fiel en los viajes por España y Europa, donde lograron buenos emolumentos mostrando la desmesura física de este campesino guipuzcoano.
Handia (que significa en euskera grande, magnífico) es una película hermosa, a la par que tremendamente triste, porque siempre resulta desconsolador vislumbrar la historia de hombres infelices (impecablemente interpretados por Joseba Usabiaga y Eneko Sagardoy) a los que les unía algo más que sus lazos de sangre.
La cinta hace un encomiable retrato de ese siglo convulso y de sus gentes. Muy destacada, pero tremendamente cruel, es la escena que recrea el encuentro de Joaquín con la entonces reina española Isabel II, quien le recibió en la realidad, y que aquí reflejan ficticiamente dejando a la soberana en una pésima actitud. De hecho, en este largometraje bello lo único que desentona es un par de momentos sórdidos que poco aportan al argumento.