Sinopsis oficial
Thor está preso al otro lado del universo sin su poderoso martillo y se enfrenta a una carrera contra el tiempo. Su objetivo es volver a Asgard y parar el Ragnarok porque significaría la destrucción de su planeta natal y el fin de la civilización Asgardiana a manos de una todopoderosa y nueva amenaza, la implacable Hela. Pero primero deberá sobrevivir a una competición letal de gladiadores que lo enfrentará a su aliado y compañero en los Vengadores, ¡el Increíble Hulk!
La crítica -
Por J.M.S.
Marvel Studios ha optado en la tercera entrega protagonizada por el dios del Trueno (anteriormente se estrenaron Thor (2011) y, dos años más tarde, Thor: El mundo oscuro ) por dar “una vuelta de tuerca” utilizando como arma el humor. El problema es que, debido a ese cambio tan evidente de tono, cuando uno se encuentra en la sala de cine contemplando este film no sabe muy bien si está viendo una película de Guardianes de la Galaxia o de Los Vengadores.
Como es usual en las películas de superhéroes está muy cuidada su factura visual, donde se ha reunido a un equipo de primeras figuras como los diseñadores de producción Dan Hennah (trilogías de "El Señor de los Anillos" y "The Hobbit"), y Ra Vincent ("Lo que hacemos en las sombras”) y el respetado director de fotografía español Javier Aguirresarobe.
En su desarrollo, para darle “chicha”, se han incorporado una serie de personajes de estas novelas gráficas gestados durante dos décadas; es el caso de la feroz guerrera Valkyrie (que apareció en las novelas gráficas en el año 71), el verdugo Sturge (en 1964) o el dictador sakarino El Gran Maestro (en 1969). Pero la aparición más relevante es la de la villana Hela (interpretada por Cate Blanchett).
Dicho esto, en Thor: Ragnarok sobra metraje, hay abuso de luchas (lo habitual) y de diálogos presuntamente graciosos que se alargan innecesariamente. La mencionada irregularidad en el tono no acaba de funcionar, eso se nota muchísimo en la recreación de la malvada Hela que más que amenazante parece una auténtica macarra o en la parodia que Jeff Godblum hace en su papel de Gran Maestro, similar a un hortera sacado de cualquier fiesta local.
Si somos fieles a la verdad, la película comienza de forma aburridísima y, poco a poco, va elevándose en interés, pero nunca asombra demasiado ni en su apuesta visual ni, desde luego, en su argumento.